Page 314 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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314  Rafael Ramón Castellanos



                 una ley que ha resuelto se haga la elección de Presidente del es-
                 tado popularmente; esta elección popular se verificará el 25 de
                 este mes, y sus resultados se sabrán el 28 de octubre. El elegido
                 estará garantizado de la opinión pública, porque tendrá los vo-
                 tos de todos los pueblos, y como se verifica en todas partes en un
                 mismo día, no habrá lugar a intrigas, y el presidente de Bolivia,
                 apoyado en la fuerza moral no necesitará ni fuerzas militares
                 ni papeles sediciosos, ni intrigas ministeriales para sostener su
                 puesto. A lo menos debe presumirse así el poder noble y recto de
                 este gobierno al dejar a los pueblos en la más absoluta libertad
                 en las elecciones.

                   Por mi desgracia, todos los trabajos, todas las dificultades y
                 todos los disgustos y sinsabores que ha de tener el gobierno de
                 Bolivia, sucederán en mi administración, porque es cuando em-
                 piezan a planificarse todas las cosas. Para completar mis inco-
                 modidades se ha vuelto a atravesar el negocio de Tarija por las
                 imprudencias del señor Díaz Vélez o de su gobierno argentino.
                 Este negocio estaba dormido, y yo pensaba que durmiera hasta
                 que un tratado de límites lo transare amigablemente, y aún así se
                 lo había ofrecido al señor Díaz Vélez, pero éste no sé qué inteli-
                 gencia alarmante le dio a un párrafo muy sencillo de la memoria
                 del Ministro del Interior a este congreso y sin pedir explicacio-
                 nes dio partes abultados (y que al desenlace del asunto le harán
                 poco aire a su ciencia diplomática) porque de resultas vinieron
                 unas protestas tan inoportunas y tan majaderas que alborotaron
                 todo el asunto y lo han llevado a un término bien desagradable.
                   Los tarijeños desconfiados de la poca protección que habían
                 tenido, y pensando que aquella protesta era el ultimátum que
                 los ligaba a Salta y a esa república, a los que ellos han mostrado
                 una repugnancia obstinada, han hecho una revolución el 26 de
                 agosto proclamando su reincorporación a Bolivia. No sé bien los
                 detalles del suceso, ni si han habido escándalos, porque sólo ha
                 venido el acta de la municipalidad y notables de la provincia. Yo
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