Page 24 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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24  Rafael Ramón Castellanos



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             1810 y al Teniente Comandante de Artillería Antonio José de Sucre” . El
             Coronel Ureña expresaba que actuaba en tal forma porque debía cumplir
             los preceptos de la Capitulación. Por ello lo acusaron de lenidad “e inade-
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             cuado para el mando en aquellos momentos de pasiones encontradas” .
               Esto dio origen a la otra vertiente que influenció el alma y el espíritu
             de Antonio José de Sucre, aunque solamente como experiencia. El Coro-

             nel Ureña recibiría como Comisionado militar de Monteverde al Capitán
             Francisco Javier Cervériz quien “desde que llegó empezó activamente a per-
             seguir y a encarcelar a los patriotas, quienes vivían pacíficamente ampara-
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             dos por las garantías que les daba Ureña” . En el historial de la guerra a
             muerte este oficial español ha sido señalado como uno de los más terribles y
             ya comenzaba su tarea como genocida, pero el Coronel Ureña seguía siendo
             la máxima autoridad regional y podía influir con sus determinaciones en

             favor de los perseguidos. Estaba empeñado en hacer cumplir las capitula-
             ciones de San Mateo, y seguía desplegando su política de tolerancia y de
             concordia, dando garantías a los afligidos patriotas. Tal comportamiento
             tenía indignados a sus conterráneos residentes en Cumaná, quienes, como
             ya se ha dicho, llegaron hasta denunciarlo como “protector de los insur-
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             gentes” . Fue entonces reemplazado por el coronel Eusebio Antoñanzas, el
             cual llegó acompañado del capitán Antonio Zuazola, para sembrar el terror
             por todas partes, habiéndose cebado en familias inocentes, en mujeres y
             en niños, y entre ellos, parientes directos de Antonio José de Sucre, como
             su hermano José Vicente, quien se reponía en el Hospital de Cumaná de

             donde fue sacado para ser degollado en la plaza pública.




             [ 17 ]_ Ídem, pp. 29-30.
             [ 18 ]_ Ídem, p. 30.
             [ 19 ]_ Ibídem.

             [ 20 ]_ Ídem, p. 34.
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