Page 192 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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192  Rafael Ramón Castellanos



               Es que el Perú estaba al borde del abismo y por ello Bolívar recibe inme-
             diatamente poderes extraordinarios para que haga esfuerzos a fin de con-
             trolar la situación. Lo primero que vislumbra es liquidar las fricciones entre
             hermanos, por lo cual prepara el terreno para ejercer acciones contra Riva
             Agüero, pero el general Antonio José de Sucre no acepta secundarlo y expo-
             ne en testimonio escrito que “hemos venido de auxiliares de los peruanos y
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             no debemos mezclarnos en sus partidos domésticos” . Mas el Libertador
             combinaba para dominar esta eventualidad su preeminencia política, drás-
             tica y determinante y sus tácticas militares que le habían enseñado que en

             situaciones como esta, la duda era impunidad. En tanto la interpretación
             que Sucre daba a los sucesos estaba adornada sobre la tarea del diplomático
             que ejercía tales funciones en medio de la terrible hoguera que sacudía to-
             dos los estamentos regionales.

               Su tesis que se llegó a calificar de inaudita e inefable, lo ha de enfrentar
             abiertamente al Libertador, pues no comparte sus puntos de vista. No se
             solivianta, pero muestra una indeclinable manera de pensar que no le dis-
             tancia de su superior, al que ha acatado en todo, armónicamente. Casi se
             llega al borde del abismo por una crisis entre ambos paladines, pero Bolívar,
             habilidoso y cauto, conocedor a fondo de Sucre le da rienda suelta a la pru-
             dencia y a la tolerancia. Bien está el concepto de un escritor cuyo nombre
             se ha perdido entre tantos documentos, en cuanto a que Sucre fue el “amigo
             severo de Bolívar”, era de los muy pocos que podía decide las verdades y
             entrar a discutir con él sobre aciertos y desaciertos. El horizonte se despejó

             sin desarmonía, aunque el dignísimo soldado cumanés no participó en el
             esquema y su misión se concentró al comando del ejército que vigilaba de
             cerca las maniobras de los españoles.
               El Libertador para tratar de aminorar el distanciamiento surgido por esa
             decisión de aquél de no intervenir en la política interna del .Perú, donde



             [ 270 ]_ SUCRE, De mi propia mano. p. 100-101
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