Page 302 - Fricción y realidad en el Caracazo
P. 302
ficción y realidad en el caracazo
moradores fue en cierto modo escuchar el relato de quien
viene de la guerra.
«No puede ser, mire lo que hicieron con nuestro apar-
tamento. Pasaron horas y horas disparando contra un
francotirador que no agarraron porque o era muy listo, o
simplemente no existía; pero sí lograron destruir ventanas,
televisores, cortinas, lámparas y las paredes», exclama con-
sumido por la desazón Aquiles Frías Virla, un técnico de la
Cantv y estudiante nocturno de la UCV, cuya vivienda en
el piso 13 del bloque 21 tendrá que ser de nuevo reparada.
«Tan bien que nos había quedado el apartamento en
diciembre, y mira ahora lo que hicieron», comenta alguien
desde la cocina, y Aquiles retoma su protagonismo.
—Abalearon todo el edificio durante más de cuatro
horas. Y no contentos con eso, subieron ocho guardias,
desordenaron gavetas, dispararon a los closets y me pre-
guntaron con insistencia dónde estaban las municiones.
Cuando se convencieron de que aquí no había nada, se
fueron a otros pisos, a molestar a otras gentes.
MORIR EN LA CAMA
Un vaho de tristeza ronda tras las risas y comentarios li-
geros, en pasillos y escaleras de los bloques 1 y 2. Digá-
moslo, como Kundera, que si la risa es la forma, el dolor
es su contenido. Para soportar tantos infortunios, los más
jóvenes erigen barricadas de humor. Se burlan de sus fra-
nelas rotas y explican «es un tiro de Fal, chamo», otros re-
claman con aparente decepción «nooo, ¿no te mataron?».
Y así hasta que nos topamos de frente con el contenido, el
fondo mismo donde mora la desgracia.
302