Page 154 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo
parroquianos aquellos días cruentos. Encabeza su repor-
taje destacando el instinto de sobrevivencia que han desa-
rrollado los niños de los superbloques, su capacidad para
reaccionar de inmediato al tronar de los fusiles y buscar
un lugar seguro —algún rincón en la oscuridad— donde
guarecerse mientras duran las ráfagas. Será al día siguiente
cuando se darán cuenta de que durmieron en el suelo. La
infancia de estos pequeños es distinta a la de otros niños
de sectores más prósperos porque los habitantes del 23 de
Enero «están condenados a soportar como una maldición
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la batalla de la pobreza» .
La imagen que construye la periodista nos revela que el
Caracazo fue particularmente violento en esta zona, con el
ensañamiento de la fuerza pública, producto del temor po-
licial a la peligrosidad de la parroquia, del resentimiento por
la combatividad de sus habitantes y, también, a la fama del
23 de Enero, en parte bien fundada y en parte creada por
los medios. Pero sobre todo, devela el fondo del problema,
la verdadera lucha que se libra allí día a día, que no es otra
que «la batalla de la pobreza». Causa y raíz de la conflicti-
vidad social y pólvora del estallido popular que sacudió los
cimientos de cuarenta años de democracia representativa.
Luego de esta introducción, Araujo divide su repor-
taje en tres partes, distinguidas con un intertítulo cada
una: «Morir en calma», «Donald el francotirador» y «Del
Zulia a la muerte». Es el cuerpo del reportaje, a lo largo
del cual recoge historias individuales o del colectivo con-
tadas por los vecinos, con los giros y gracejos de la jerga
popular. Este recurso permite al lector conocer cómo la gente
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Elizabeth Araujo, «Vivir entre balas», en: El Nacional, Caracas,
15 de marzo de 1989, p. 81.
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