Page 83 - Escritos de ayer y hoy
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signo político (derecha o izquierda), es la consecuencia del de-
sarrollo de un proceso de lucha más o menos prolongado; no
surge de la noche a la mañana por obra y gracia de un salvador
o sabelotodo. Basta observar los procesos victoriosos de los bol-
cheviques en la década de los 20 de este siglo y su conformación
como tendencia en el viejo Partido Socialdemócrata Ruso a par-
tir de 1895, o en el proceso del PC chino de Mao, o el proceso
cubano con el Movimiento 26 de Julio que surgió de las en-
trañas del Partido auténtico cubano de Chibás en 1948; o aquí
en Venezuela contemporánea con el surgimiento de AD, que
empezó a conformarse como corriente socialdemócrata en la
década del 20 con el Plan de Barranquilla, la Generación del 28,
el PDN del 36-39; hasta que aparece públicamente en septiem-
bre de 1941, con Betancourt, Valmore Rodríguez, L. B. Prieto,
Gonzalo Barrios, Rómulo Gallegos, Andrés Eloy Blanco; o la
de Copei, con la unión de estudiantes UNE de 1936, hasta apa-
recer en el Copei de 1946.
A nivel revolucionario, después del fracaso del proyecto boli-
variano y el de Zamora del siglo xix, el intento más serio como
proyecto fue el del PCV, que empieza a conformarse con hom-
bres como Pío Tamayo, los hermanos Machado, Salvador de la
Plaza, Acosta Saignes, Otero Silva; proceso que duró casi 10
años y que logró una importante articulación con el pueblo a
nivel obrero. Fue la primera fuerza estudiantil, en relación con
profesionales e intelectuales e incluso en el seno del Ejército
Nacional, pero no pudo, no supo o no quiso resolver positiva-
mente a favor del pueblo las diversas coyunturas (desde 1931
a 1988) de un proceso de acumulación real de fuerzas, y hoy se
debate en una crisis que no vislumbra una salida positiva.
Los demás intentos como los del MIR, MAS, OR, BR, PRV
o las corrientes cristianas, no han logrado llegar a los niveles
medios del PCV en sus mejores épocas. De suerte que el pro-
ceso por reactivar y reorganizar el movimiento revolucionario
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