Page 64 - El Credo de Aquiles Nazoa
P. 64
porque las abejas “labraron su colmena dentro de su
corazón”. En estos milagros están los orígenes de lo
que en la literatura latinoamericana y su arte en ge-
neral se conocerá como realismo mágico. Mágicas o
reales Aquiles Nazoa cree en esas abejas.
En su Credo, como en el Paraíso, no hay fauna
sin flora. Por ello, para el poeta, Charlot es hijo de
las violetas. Y entre todas las actividades y aventuras
de Rilke en su agitada vida, destaca que “sacrificó su
vida al acto de cortar una rosa para una mujer”. Si
la violeta está en Aquiles desde su infancia, la rosa
también palpita en su obra creadora, como en el ca-
ballo que en lugar de estiércol, deponía flores e iba
dejando un jardín por donde pasaba. También el es-
critor confiesa creer “en las flores que brotaron del
cadáver adolescente de Ofelia”, prodigio que inspiró
a tantos pintores y al mismo Shakespeare. Tanto en
Martín Tinajero, en cuyo cadáver las abejas labra-
ron su colmena, como en las flores que brotaron
del cuerpo inánime de Ofelia, la vida renace de la
muerte, para maravilla del poeta en su Credo.
Volvamos con la reverencia de Rilke a las co-
sas y objetos que lo rodeaban, a esa especie de
64