Page 40 - El Credo de Aquiles Nazoa
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a la posteridad. De todos modos ya Isadora había
transitado todos los recovecos del amor y el arte
que según Aquiles Nazoa, son “las vías hacia el dis-
frute de la vida perdurable”. Se sentía más europea
que gringa, con razón. La historia de su California
es la de la fiebre del oro y la del territorio despojado
a México, la de la técnica y la industrialización a tro-
che y moche. Isadora soñaba desde niña con irse a
visitar los grandes museos y teatros europeos. Terca
en la vida y en sus sueños, se salió con la suya.
Era un ángel y su primer nombre era Ángela.
En el taller de su madre, desde niña impartía clases
de danza a otros niños, lejos de la escuela conven-
cional. Siempre se apartó de todo convencionalis-
mo. Que Aquiles Nazoa la una y reúna en su Credo
con Picasso, Charles Chaplin, Rilke y Lord Byron
es porque, por distintos caminos, buscan la belleza,
la libertad, la justicia y el amor al arte. Porque su
tiempo no los comprendió. Porque revolucionaron
su época. Dicho en dos palabras: por creadores.
Mariposa blanca, mariposa azul, mariposa
negra, mariposa amarilla –como las de Gabriel
García Márquez–, nunca mariposa inerte porque,
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