Page 31 - El cantar del Catatumbo
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del poder. Hasta que un humilde verdulero tunecino,
            Mohamed Bouazizi, al prenderse fuego puso en llamas
            al hasta entonces invulnerable medioevo árabe, pro-
            vocando un efecto dominó en la región cuyos efectos
            finales no son visibles todavía.
               Si una sola persona, con un gesto absoluto, puede ser
            la llave que abra una puerta nueva en la civilización, no-
            sotros, que tenemos la voluntad de millones de hombres
            y mujeres, bien podemos desencadenar y proteger la
            perdurabilidad del proceso que nos lleve a la unidad
            de nuestros países.
               Aunque el tiempo y el espacio virtual no suplantan
            el magisterio profundo, la sabiduría de conocer con el
            cuerpo en el tiempo y espacio real, son, a esta altura,
            vertebrales en la universalización del conocimiento.
               Desde los derechos humanos, pasando por todas las
            gamas de la cultura, hasta la defensa del planeta frente
            a sus depredadores, la red contra la mundialización de
            la economía neoliberal, sus subproductos culturales
            y su prédica consumista, han universalizado también
            la conciencia de los hombres. Así, han desnudado las
            aviesas maniobras del poder, como lo hizo Assange en
            Wikileaks, y han convertido en testigo directo y par-
            tícipe activo al individuo hasta entonces inane ante los
            conflictos que sucedían lejos de su entorno, en otras
            latitudes del mundo.




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