Page 156 - El cantar del Catatumbo
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Las huestes que siguen a Capriles denominan a su co-
           mando electoral con el nombre de Simón Bolívar (antes
           habían tirado el retrato del Libertador a un retrete)
           en un intento de confundir al electorado. Sus ataques
           no se reducen a la beligerancia verbal. Se hackean las
           cuentas de Twitter de Maduro y de varios ministros.
              Maduro denuncia un plan para asesinar a Capriles,
           fraguado por quienes quieren provocar la desestabili-
           zación de la democracia.
              El escrutinio le da un triunfo ceñido —mucho más
           de lo que esperaba con respecto a los cómputos de la
           última elección— con un 50,66% contra un 49,07%
           de Capriles. Este último llama a una movilización, des-
           conociendo los resultados. Sus secuaces atacan a balazos
           sedes del PSUV y de Centros de Diagnóstico Integrales,
           dejando un saldo de ocho militantes chavistas muertos.
           Los que pregonan legalidad recurren al homicidio.
              La Unasur refrenda la transparencia de los comicios
           a través de su presidente Chacho Alvarez. La OEA y
           los Estados Unidos no reconocen el triunfo de Maduro.
           Luego de que lo hicieran los países miembros de la
           Celac, la OEA reconsidera y revierte su postura. Los
           Estados Unidos persisten en su actitud. Se les reclama
           por su injerencia en la voluntad soberana de otros
           pueblos y a la vez se les recuerda los fraudulentos co-
           micios de Miami que despojaron del triunfo a Al Gore,




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