Page 560 - De mi propia mano
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exacciones, no sólo se pierde lo que llevan los comisionados sino que los
                 mayordomos defraudan lo que quieren, porque están cubiertos con decir
                 que las partidas militares se llevaron los efectos. Parece, pues, que tomando
                 literalmente mi oficio en haber protestado que no consentiré que tomen
                 lo que es de mi mujer sin nuestro consentimiento, no he cometido un
                 crimen para que se me acuse. yo podría vengarme si no fuera en desdoro
                 del Gobierno, porque publicaría simplemente el suceso, para manifestar
                 al mundo que en el sur de colombia se había tenido por un crimen el no
                 haberme dejado robar.
                    yo no sé si es el hábito de la arbitrariedad, o el deseo de humillarme
                 el que ha inducido a estos señores a algunos pasos que yo no sé a quién
                 cubrirán de vergüenza. el general Flores, mi buen amigo, y que creo incapaz
                 de ofenderme de intento, me escribió de Guayaquil, que yo pude ahorrar
                 aquel oficio, porque este señor intendente es demasiado bueno para que si
                 yo le hubiera hablado de eximirme de contribuciones lo consiguiera; como
                 si mi queja fuera por contribuciones, que yo sé son urgentes para sostener
                 el ejército, y cuando Flores y todos saben que ella es sólo por la falta de
                 respeto y consideración con que me han tratado, molestando a mi familia
                 por miserables cosas. Mi situación sujeto en el día a mantenerme del pan de
                 mi mujer, después de los destinos y sueldos que he obtenido, prueba que
                 no soy yo egoísta o amigo del dinero que me parase por una contribución,
                 y lo he explicado bastantemente en mi contestación a Flores; me indigna
                 sí, esta falta de atenciones a un hombre que marcado de heridas honrosas,
                 y de una desgracia, esperaba merecer consideraciones; y me indigna sobre
                 todo el que se pretenda humillarme hasta ir a implorar favores de la bondad
                 del señor intendente.
                    Notará ud. en la última respuesta del general Flores, que me brinda
                 su protección para informar a ud. en mi favor; y será sin duda para no
                 presentarme como criminal y que no sea yo castigado. ¡¡¡es esto sopor-
                 table!!! aseguro a ud. que, si en estos momentos yo tuviera medios para
                 transportarme y sostenerme fuera, me alejaría de un país donde se tiene
                 en tan poco los servicios más distinguidos, donde los magistrados creen
                 que un simple informe destruya al hombre digno de respetos, y donde la




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