Page 522 - De mi propia mano
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mis servicios al Perú, viniendo a interponerse con su ejército entre los
                 asesinos y mi persona, espero que para cumplimiento de este testimonio
                 de aprecio regrese ud. al Perú. Preferiré mil muertes antes que por mí se
                 introdujese en la américa el ominoso derecho del más fuerte, que ningún
                 pueblo americano dé el abominable ejemplo de intervención y mucho
                 menos de hacer irrupciones tártaras. Mañana colombia, más fuerte que
                 el Perú, y con algunos más derechos, intervendría en los negocios perua-
                 nos; y observando la europa que nuestro derecho de gentes es el poder y
                 las bayonetas, no vacilaría en darnos preceptos y en disponer de nuestra
                 suerte. Medite ud. cuán fatal es la lección que ud. ha dado.
                    habría querido no recibir el favor que ud. me ofrece; habría querido
                 ser víctima de disensiones en bolivia, antes que haber visto hollar los
                 derechos y la independencia de un pueblo americano. escribo esta carta
                 con tantas explicaciones, porque no estando encargado del gobierno y
                 habiendo cesado mis compromisos con ese país el 18 de abril, puedo tener
                 la franqueza de la amistad. el general urdininea, encargado del Gobierno,
                 pedirá a ud. las correspondientes explicaciones, y vengará en todo caso
                 los insultos de su patria. Sabe ud. que jamás se ultraja impunemente una
                 nación. ya que ud. me ofrece sus servicios, le ocuparé quizá en pedirle
                 un buque que me lleve de arica a Guayaquil a fin de junio, pues no sé si
                 lo aprestarán en cobija, como he solicitado.
                    el 13 de junio tomaré la Presidencia para el solo acto de entregar la
                 república al congreso y leer mi mensaje. Después nadie me hará variar
                 de la resolución que dije a ud. en el Desaguadero, de separarme de todo
                 negocio público y de retirarme a la vida privada en Quito.
                    Dispense ud. el desorden de esta carta, pues sobre los dolores de mi
                 herida, tengo actualmente un constipado que me molesta infinito.
                    Soy de ud. su atento servidor.
                       Por el general Sucre,


                                                                    José e. andrade


                 O’Leary, t. Xi, pp. 368-371.




                                           De Mi PRoPia MaNo
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