Page 444 - De mi propia mano
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sin usar de gazmoñería; mi capacidad está limitada a poco, y si hago algo, y
                 si tengo acierto en algo, es porque pienso para todo en complacer las ideas
                 generosas de ud. por los pueblos, y por ayudarle en alguna cosa en sus
                 trabajos y para corresponder siquiera con mis servicios a las distinciones
                 con que ud. tan frecuentemente me favorece.
                    No me ha sorprendido la reunión de los catorce mil españoles en la
                 habana, porque han llegado tantas pequeñas expediciones antes, que
                 yo suponía ya un gran número. creo sí que vayan para México y no para
                 colombia; porque en México encuentran un país con menos resistencia,
                 mejor, y menos arruinado: en colombia hallarán un territorio despedazado,
                 una imposibilidad de mover masas más fuertes que de seis mil hombres, y
                 un ejército nacional regularmente dirigido, veterano, y que en cualquiera
                 parte destrozará un ejército de seis mil españoles. Ni aun la noticia de que
                 México hace su paz por una suma de millones, me hace disuadir de este
                 pensamiento, porque, acaso, se tratará por la españa de sacar más. a decir
                 a ud. la verdad, si no fuera por mi deseo de que colombia convalezca de la
                 guerra, quisiera que allí viniera esa expedición; porque en nuestras provin-
                 cias pronto se acabaría, mientras que si va a México puede hacer progresos
                 y luego dar mucho que hacer a colombia y al resto de américa. Se dice
                 que el clero de México es muy realista; y aunque ha pedido a Fernando
                 Vii expediciones al país, que ellos le protegerán. en fin, veremos a dónde
                 van y qué quieren esos señores. ud. cuente que nuestras tropas marcharán
                 al primer aviso de ud., y yo con ellas: ¿lo permite ud.?
                    examinaré del modo que mejor pueda cuáles sean las relaciones de
                 buenos aires con el gobierno inglés sobre el asunto de la banda oriental.
                 No me valgo del señor Díaz Vélez, porque aunque es tan honrado, no lo
                 considero con franqueza hacia nosotros. Pienso que no debe haber cosas
                 de grande importancia: lo primero, porque el señor Funes nos habría in-
                 dicado algo; lo segundo, porque en el cambio de gobierno algo se hubiera
                 traslucido. el señor Stuart no ha traído nada respecto de la banda oriental
                 en su misión al brasil: se dice ahora, que un lord tal viene de enviado
                 inglés a buenos aires, y que trae instrucciones para pasar por el Janeiro
                 a proponer algunas transacciones. en tanto, el emperador hace grandes




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