Page 441 - De mi propia mano
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la República al abrigo del desorden como de la tiranía. Sordos a mis clamo-
res, para separarme de toda intervención en el Gobierno, habéis insistido
que continúe a la cabeza de la administración; y situándome en una cruel
alternativa, me habéis sometido a vuestra voluntad soberana.
“Representantes: para obedeceros he tenido que luchar con sentimien-
tos opuestos. Mi conciencia me estimulaba al retiro; mi reconocimiento
a complaceros y a dejarme arrastrar de las manifestaciones generosas
de un pueblo que quiere confiarme su suerte. he aceptado la suprema
magistratura de la República, mientras venga a ocuparla el Padre de la
Patria, porque habéis llegado a persuadirme que soy llamado a ella por
la opinión pública: mi convicción, no obstante, está por mi insuficiencia
para ejercerla; y estoy, por tanto, pronto a dejarla, en el momento en que la
autoridad de que se me ha investido, no esté apoyada por la fuerza moral
y por el contento de los pueblos.
“legisladores: al admitir el desempeño del poder ejecutivo, os he ofre-
cido una buena intención, la mejor fe, contracción al trabajo, y obediencia
a las leyes: os pido en recompensa en nombre de vuestra patria, unión,
espíritu de concordia y odio a los partidos. Si el congreso constituyente
y el Gobierno, ligados por sentimientos puramente bolivianos no tienen
otro estímulo, otra ambición que la prosperidad y la dicha de la República,
bolivia formará entre las naciones el raro fenómeno de haberse constituido
sin conocer los horrores espantosos de la anarquía ni los tremendos males
del despotismo”.
Documentos referentes a la creación de Bolivia, t. ii, pp. 178-179.
biblioteca ayacucho
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