Page 332 - De mi propia mano
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que doy lugar a tales sentimientos. este disgusto es lo que ud. me habla en
                 cuanto a las provincias del alto Perú, respecto de las cuales he cometido
                 un error tan involuntario; pero mi solo objeto fue cumplir las intenciones
                 de ud. Mil veces he pedido a ud. sus instrucciones respecto del alto
                 Perú y se me han negado dejándome en abandono; en este estado yo tuve
                 presente que en una conversación en yucán (pueblo cerca de yanahuanca)
                 me dijo ud. que su intención para salir de las dificultades del alto Perú
                 era convocar una asamblea de estas provincias. agregando a esto lo que
                 se me ha dicho de oficio de que exigiese de olañeta que dejara al pueblo
                 en libertad de constituirse, creí que éste era el pensamiento siempre de
                 ud.; nunca me figuré que se trataba de buenos aires porque  ¿qué pueblo,
                 qué orden ni Gobierno había en buenos aires? además, ¿por qué esta
                 misma carta que ud. me escribe ahora no la hizo tantas veces que le he
                 pedido órdenes sobre este país? ¿yo soy adivino para penetrar qué es lo
                 que se quiere después de haberse mostrado otra cosa? ud. sabe, mi general,
                 que yo no tengo aspiración ni mira alguna ni en éste ni en ningún país;
                 mi solo desvelo es complacer a ud. en su carrera de salvarnos. he creído
                 en mi corazón que el corazón de ud. es todo por el bien de la américa
                 y persuadido de esto he creído que el examen de otras materias pudiera
                 ser mal, y así he pensado que me tocaba únicamente obedecer y seguir al
                 genio que ha tomado a su cargo nuestra redención.
                    yo me acuerdo que el día que pasé el Desaguadero dije que el emprender
                 nuevos compromisos me iba a costar mil disgustos y ya empiezo a sentirlos.
                 Por amistad a ud. y por amor a la patria vine a estas provincias contra toda
                 mi voluntad, pues mis deberes como colombiano y como general estaban
                 satisfechos en el Desaguadero. yo creo haber dicho a ud. que me había de
                 pesar el venir a estos países, cuya situación iba a ponerme en compromisos.
                 Después de estar aquí y no sabiendo qué hacer sin presentarme con un
                 aire aborrecible al pueblo, tomé el camino más noble y generoso que fue
                 convocar la asamblea general de las provincias; y yo, aunque no sé ni quiero
                 saber estas cosas de los pueblos, veo mi paso bajo diferente aspecto que
                 ud. ud. dice que la convocación de esta asamblea es reconocer de hecho
                 la soberanía de las provincias, y ¿no es así en el sistema de buenos aires
                 en que cada provincia es soberana? ¿Salta, córdova, tucumán, la arrioja,


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