Page 328 - De mi propia mano
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De los colombianos que quedasen arreglaríamos otros tres o cuatro
                 batallones de la gente de Venezuela y cundinamarca, que en el sur son
                 soberbios soldados y lo mismo la caballería: de este modo conservábamos
                 los cuerpos de este ejército que son muy brillantes. Difícilmente tiene
                 colombia cuerpos mejores que estos: montados ya bajo un pie de disci-
                 plina, obediencia, orden, mecanismo &., &., &., no tienen ya qué desear.
                 Son realmente magníficos.
                    yo no sé el estado de los cuerpos que están llegando a la costa; pero
                 de buena fe no los considero como estos, juzgando el estado en que [ile-
                 gible] y que aunque considero sobresaliente su mecanismo y orden no
                 estaba bueno.
                    en fin mi querido General, vea ud. qué se resuelve de nosotros: dentro
                 de tres meses estamos aquí demás. en cuanto a mí, repito que si alguna
                 necesidad obliga a la permanencia del ejército en el Perú, yo no puedo ni
                 quiero mandarlo. he hecho mis renuncias al libertador, a ud. y lo haré
                 ante todos, porque ni mi posición desautorizada consiente este mando, ni
                 yo debo quedar más tiempo por acá tan lejos de mi familia.
                    la muerte de mi padre me llama por unos días a cumaná, y yo creo
                 que mis servicios merezcan alguna consideración del Gobierno para per-
                 mitirme una licencia. yo sería culpable si estando ya en paz no destinare
                 unos días a mi familia. en seis meses yo haré lo que tengo que arreglar
                 en los intereses de mi familia y luego estaré disponible para ir a donde
                 quieran mandarme, y mejor que a ninguna parte a la habana, que yo veo
                 como buena empresa.
                    he suplicado al libertador, y suplico a ud. que me hagan el favor de
                 que se entreguen a mi hermano Gerónimo en cumaná quinientas onzas
                 de oro, las mismas que yo entregaré en el acto en Guayaquil en cajas o
                 como ud. disponga. las haciendas de mi familia se están atrasando por
                 falta de un fondo con qué fomentarlas, y ahora con la muerte de mi padre
                 se van a arruinar si yo no las hago mejorar con un auxilio. yo tengo en
                 Guayaquil algún dinero del producto de mi haber nacional y nada hago
                 con él, y en nada lo empleo mejor que en mi familia. Sé que el Gobierno
                 habiendo destinado ciertas sumas a los departamentos, del empréstito de
                 inglaterra, buscaba quien tomase algunas cantidades en Guayaquil para


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