Page 333 - De mi propia mano
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Santa Fe, etc., etc., etc., no tienen sus gobiernos independientes y soberanos?
                 ¿Por qué pues una provincia con 50.000 almas ha de ser allí gobernada
                 independiente y federada, y cinco departamentos con más de un millón de
                 habitantes no han de congregarse para proveer a su conservación y a tener
                 un Gobierno provisorio mientras ven si se concentra el Gobierno general?
                 Éstas son cuestiones que no me tocan ni que yo he indicado siquiera, pero
                 son las que tuve presente para pensar que ud. juzgaba por la necesidad
                 de convocar aquí una asamblea, que si era para constituir las provincias
                 independientes, organizase el Gobierno, y si para que fuesen de buenos
                 aires, que sirviesen como una masa para que a ellas se agregaran las demás
                 provincias del Río de la Plata, y forzarlas así de un modo suave a entrar en
                 orden. yo no sabía que hubiera ya congreso en buenos aires, ni creo que lo
                 hay sino en nombre; yo estoy ya lidiando con los de por allí y lo veo así.
                    en mi triste opinión encuentro haber hecho un servicio al país, a buenos
                 aires y a la américa con la convocación de esta asamblea. estas provincias
                 siguiendo el funesto ejemplo de disolución de buenos aires ya me han
                 incomodado; los cabildos se han creído representantes de la soberanía en
                 el sistema federal que han concebido, y por fuerza los tengo que mantener
                 en unión. además yo vi que ud. mismo pidió en Guayaquil a una asamblea
                 su deliberación respecto a una sola provincia de 80.000 almas. en fin, mi
                 general, yo puedo haber errado, pero sin intención alguna; al contrario
                 mi objeto ha sido complacer a ud. y servir tanto a este país como al Perú,
                 y a buenos aires, y a la américa con un paso que evitaba las facciones y
                 tumultos. Mi decreto está concebido en cuanto a lo esencial, sobre estas
                 palabras que tengo en dos cartas de ud. “que la suerte de estas provincias
                 será el resultado de la deliberación de ellas mismas, y de un convenio entre
                 los Congresos del Perú y el que se forme en el Río de la Plata”. confieso que
                 tengo una falta de inteligencia en las palabras de política y que sólo me he
                 guiado por mi sentido común, pero con la mejor buena fe.
                    Después de todo la tal asamblea sólo tiene poderes para organizar su
                 Gobierno provisoriamente, hasta saber en qué quedan buenos aires y el
                 Perú; parece una cosa que no puede negársele, el que ellas se preserven
                 del contagio de disolución de que ud. mismo querría guardarlas, y que es
                 tan fácil de entrar en estos países.


                                          biblioteca ayacucho
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