Page 337 - De mi propia mano
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también la única que puede salvarme de compromisos en que he entrado,
                 por no querer tomar yo experiencia y ser tan dócil. Por Dios, mi general,
                 no juzgue ud. mi marcha al otro lado del Desaguadero por inobediencia ni
                 por orgullo; tómela ud. como el único medio que me queda para salvar la
                 difícil posición en que estoy, cuando mi objeto único ha sido ud. y la patria.
                 ¡con cuánta repugnancia vine yo a estas provincias! yo preveía muy bien
                 que iba a recibir disgustos, y a la verdad no los merezco, porque no tengo
                 ambición ni aspiración alguna sino servir al país y a la amistad.
                    en fin, mi General, creo que ud. esté en arequipa y que pronto me
                 responderá; pero si no recibo órdenes de ud. que me salven de la posición
                 en que se me ha colocado sin parte de intención mía, estaré en Puno el 10
                 de mayo desertado para siempre de la carrera pública. es mejor terminar
                 mi carrera ahora, que mancharla con ideas de desesperación.
                    agradezco en mi alma la memoria que ud. ha escrito en honor mío;
                 si yo puedo retribuir este favor con mi sangre misma lo haré por ud. Pero
                 no me exija que entre en cosas de la carrera pública, porque la abomino
                 como puedo aborrecer a los españoles.
                    adiós, mi General, ¡qué día de disgusto he tenido hoy! ayer con la
                 muerte y derrota de olañeta vi concluida mi campaña del Perú, y antes de
                 24 horas ya empiezo a recibir desagrados. ¿y con este desengaño puedo
                 yo meterme en nuevas empresas? No, mi general, debo seguir mi corazón
                 que me aconseja y me manda una vida privada. acaso ahora tendré que
                 sufrir el disgusto de ud. y que se disminuya su amistad por mí; ésta sí será
                 pérdida que me arrancará lágrimas; pero no espero que sucederá.
                    Soy siempre su humilde servidor y muy fiel amigo.


                                                                       a.J. de Sucre


                 Archivo de Sucre, t. V, pp. 372-374.











                                          biblioteca ayacucho
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