Page 35 - Venezuela esperanza de la humanidad
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Paula KlachKo
colectiva que constituyen la expresión de un grupo so-
cial, y que pueden presentarse bajo los nombres más
diversos, aún con el nombre de anti-partido y de nega-
ción de los partidos, como por ejemplo periódicos y reli-
giones . Constituyen el estado mayor conjunto de una
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clase social y definen el interés estratégico de la clase en
su conjunto que luego puede ser expresado por dife-
rentes partidos en sentido restringido, como fracciones
o facciones de ese partido orgánico, como el ejemplo al
que nos suele remitir Borón sobre el bipartidismo esta-
dounidense que expresa los mismos intereses. Dos par-
tidos que se alternan para la conducción de la principal
potencia imperialista, que son parte del mismo partido
del gran capital y el imperialismo. Por eso, a pesar de las
declamaciones, el pluripartidismo burgués puede ser arti-
ficial y, por ejemplo, el unipartidismo cubano contiene
un potencial de debate incluso mayor que el de los siste-
mas pluripartidistas. Por supuesto que los “principios”
del vulgo republicanismo son absolutamente flexibles e
intercambiables por cualquiera que sirva a las fracciones
concentradas del capital contra las fuerzas progresistas
o revolucionarias.
Otro discurso en oposición al cual podemos seguir
construyendo el propio es la invocación de las fuerzas
social-políticas de derecha que toman el mando del Es-
tado -como en Argentina- o intentan tomarlo -como en
Brasil- acerca de la necesidad de “volver al mundo”. ¿A
qué mundo se refieren? Pues no son muy originales:
27- Véase Gramsci, A. “Notas sobre Maquiavelo, la política….” Op. Cit.
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