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Miguel Mazzeo - Marx populi
aspectos puntales. En una etapa más avanzada de la escritura, Francisco Farina
y Mariano Pacheco me hicieron llegar sus certeros y afectuosos comentarios
críticos.
Las remotas y recientes conversaciones con Hernán Ouviña sobre mesti-
zajes imprescindibles y fusiones fecundas, o sobre los modos de construir una
condición orgánica adecuada para estos tiempos, siempre han resultado edif -
cantes y esclarecedoras. Además, ha tenido la deferencia de convidarnos con el
texto extraordinario que cierra este libro.
Otros compañeros y otras compañeras leyeron versiones preliminares y
contribuyeron con su estímulo y su inventiva: Edgardo Álvarez, Guillermo
Cieza, Nicolás Armando Herrera Farfán, Nora Tamango. En esta versión que
presentamos, intentamos dar cuenta de sus comentarios y sugerencias, por lo
menos de una porción considerable.
Desde Chile, Cindy Corrales Valencia y Mario Ramos, de la editorial
Quimantú, alentaron y enriquecieron de modos diversos el proyecto que
derivó en este libro.
Los dibujos de Martín Malamud son una parte indispensable de este collage.
Presentan una síntesis de los temas de cada apartado y of cian como la punta
del hilo rojo para adentrarse en ellos. Todos y cada uno de los dibujos fueron
producidos a partir de una primera versión de estos textos. Luego, los textos
fueron reescritos a partir de los dibujos, desarrollados a partir de su pregnancia.
Decir que “ilustran” el trabajo sería incorrecto. El trabajo es fruto de nuestros
diálogos sin tropiezos y esperamos que quienes lean los textos y observen los
dibujos de Martín puedan detectarlo.
Tenemos la certeza de compartir con todos y todas el lema zapatista que
establece que el “pensamiento que no lucha, nada más hace ruido. La lucha que
no piensa, se repite en los errores y no se levanta después de caer”.
Por af nidades ideológicas, pero sobre todo por las experiencias y las sensi-
bilidades compartidas; por aquello que Marcel Proust, apelando a la f gura
del oxímoron, denominaba la “consanguinidad de los espíritus”; o por algo
análogo a la “magia contagiosa” identif cada por James G. Frazer, le asignamos
un valor superlativo a todas las contribuciones mencionadas. Va de suyo que la
responsabilidad por el producto f nal es exclusivamente mía.
Por la naturaleza del material que hemos compuesto, nos resulta
imposible afirmar que se trata de una “versión final”. Al modo de Sísifo
–un “Sísifo feliz”, claro– estamos obligados a reescribir este trabajo una y
otra vez. De eso, finalmente, se trata el marxismo.
Lanús Oeste, Provincia de Buenos Aires, Argentina
Abril/diciembre de 2017
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