Page 31 - Marx Populi
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A modo de presentación
Este trabajo no es más que una puesta en común de una forma íntima de
perseverancia o de tozudez. Un producto inesperado, derivado de la suave y
orgánica regularidad como pueden ser el amor o el socialismo, para mencionar
sólo un par de planos o procesos emparentados. También puede verse como la
crónica de un viaje disidente y un ejercicio de introspección. No se busque en
las páginas que siguen algo semejante a un análisis riguroso, metódico y orde-
nado. Tampoco una disertación microscópica. Nuestros procedimientos son
casi impresionistas. La erudición, cuando aparece, es sólo un efecto colateral.
En este intento por desgranar ref exiones, soltándolas como caricias o
piedras, nos hemos tomado muchas licencias profanas y, en el afán de darle
vueltas a un puñado de temas y de contenidos semánticos específ cos, hemos
incurrido a algunas reiteraciones. Más exactamente, en las redundancias carac-
terísticas de ciertas formas orales. También optamos por introducir imágenes
plásticas en la prosa. En sus “Notas sobre la reciente instrucción prusiana
relativa a la censura”, escritas en 1842, cuando contaba apenas con 24 años,
Marx sentenciaba: “El estilo es el hombre” (y la mujer también, corresponde
agregar). Tenía mucha razón.
La oportuna (¿o inoportuna?) intercesión de algunos compañeros y algunas
compañeras resultó determinante en la elaboración de este trabajo. A continua-
ción referiremos algunos pormenores de su transcurso.
A mediados de 2016, Aldo Casas me solicitó un texto breve a modo de
epílogo para su libro Karl Marx, nuestro compañero, publicado poco después
por la editorial Herramienta. Indirectamente, al mostrar su modo de vivir,
sentir y ejercer el marxismo a lo largo de una trayectoria militante de más
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