Page 737 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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II. Los fabricantes de la muerte
Paramilitarismo
La oligarquía neogranadina ha agredido a Venezuela innumerables ve-
ces. El asesinato que le profirieron al líder juvenil Robert Serra y a su
compañera María Herrera, el 1.º de octubre de 2014 significó una bofe-
tada dura, un golpe helado a este turbulento tribuno de 27 años. Varias
puñaladas invisibles y homicidas derribaron el fulgor de juventud y que
duelen en la herida de la Revolución Bolivariana. Pocas horas después
de saberse la noticia, el secretario general de la Unión de Naciones Su-
ramericanas (Unasur), el neogranadino Ernesto Samper, escribió el tuit:
“Asesinato del joven diputado Robert Serra en Venezuela es una preocu-
pante señal de infiltración del paramilitarismo colombiano”.
El 2 de octubre de 2014, el presidente de la República Bolivariana de
Venezuela, Nicolás Maduro, denunció que semanas antes de la clausura
del II Congreso de la Juventud del Partido Socialista Unido de Vene-
zuela (JPsuv), celebrado del 8 al 12 de septiembre, el ministro del Poder
Popular para la Educación para la época, Héctor Rodríguez, sufrió un
atentado en su residencia.
El paramilitarismo es la peor catástrofe humana de Latinoamérica
y el Caribe y, en particular, de la actual Colombia. Ministros, senado-
res, alcaldes y gobernadores aliados de Álvaro Uribe Vélez están sien-
do procesados por ser parte de esta empresa genocida y criminal. Los
paramilitares, también conocidos como paracos, son fabricantes de la
muerte, son seres inhumanos armados de extrema derecha con el fin de
combatir procesos revolucionarios.
Estos grupos, también denominados autodefensas, se extendieron
por diversas regiones de la actual Colombia con la participación de ricos
hacendados, colonos y pequeños industriales. Los paramilitares están
entrenados en el descuartizamiento y desollamiento de personas vivas