Page 160 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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158   José Marcial raMos Guédez



             la República” (Bolívar, 1973, 95). La solicitud antes mencionada, no
             obtuvo el consenso mayoritario de los representantes y senadores y por
             tal motivo fue rechazada. Aquí, apreciamos que gran parte de nuestros
             próceres, identificados como los blancos criollos o mantuanos, no te-
             nían interés en abolir la esclavitud, pues la mayoría de ellos, eran par-
             tidarios de la independencia con respecto a España, pero les interesaba

             mantener el “antiguo orden económico-social”, el cual les garantiza el
             goce de sus privilegios como una clase social dominante: terrateniente
             y esclavista. Aunque hubo, sus excepciones, ya que algunos oficiales
             patriotas, en muchas oportunidades, les otorgaron la libertad a sus es-
             clavizados y los incorporaron a sus tropas, siendo uno de ellos el general

             Santiago Mariño, quien
                   … sin reservas, consagró al servicio de la causa emancipadora
                 toda su cuantiosa fortuna. De la hacienda Chacachacare sale
                 Mariño con sus compañeros hacia Güiria en 1813, y al llegar a
                 la heredad que poseía cerca de dicha población, pone sobre las
                 armas a todos sus esclavos, halagándolos y premiándolos con la
                 libertad. Ellos, en cambio, como obsequio a su Jefe, constitu-
                 yen aquel brillante batallón apellidado “Guardia del General”,
                 el cual tanto renombre contribuyó a granjear al ilustre héroe
                 en los triunfos y proezas insignes con que, durante siete meses,
                 recorrió en campaña liberadora las regiones orientales. (Núñez
                 Ponte, 1984, 10).

               En el transcurso de 1820, el Libertador Simón Bolívar, por la vía de
             un decreto (23 de octubre), decide la confiscación de la hacienda “Cei-

             ba Grande” (ubicada cerca del Puerto de la Ceiba, Trujillo) y la libera-
             ción de sus esclavizados (Bolívar, 1961, Tomo I, 214). Luego, después
             de la Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821), Bolívar le otorgó la
             libertad a algunos de los esclavizados que aún poseía en la Hacienda de
             San Mateo, situada en los Valles de Aragua. Pensamos que esa decisión
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