Page 12 - Bolívar según Cabrujas
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Colección
Herederos de Bolívar
No señor, no es ése Bolívar. Él no es un hombre al que se le debe recordar
macilento en Santa Marta, en la casa de un español, como si la empresa his-
tórica que hizo hubiese resultado un fracaso, no señor.
Bolívar fue un hombre de éxito, fue un hombre de triunfos. Su muerte,
como toda muerte, no es más que una anécdota. Ese hombre, que se propuso
de muchacho un juramento, cumplió ese juramento. Ese hombre, que de niño
alzó una palabra, vio engrandecerse esa palabra. Ese hombre se montó en un
caballo e hizo lo que se propuso. Ése era nuestro compatriota, ése que sigue
allí en esa estatua. ¿Cuándo lo bajamos de allí? ¿Cuándo lo quitamos de ese
bronce? ¿Cuándo aprenderemos a leer en ese rostro el cariño que la gente
de este pueblo logró colocar allí?
Bolívar es un símbolo, pero ¿cuándo se nos va de esa plaza y se nos mete
adentro ese gesto, esa emoción? Ése es el nuevo país.
Yo sospecho cuando veo rostros, cuando veo personas en la calle, sobre
todo ahora, en este país, en este momento. Es como si se sintiera que viene
un cambio, que esto no puede continuar. Esta corrupción que cotidianamen-
te nos invade, este espectáculo diario del corrupto de la semana, este show
de mostrar quién es el corrupto de la semana o de la quincena, porque de una
quincena no pasa ninguno… Llega un momento en que esta situación atosiga,
porque ya no nos importa.
Ya yo no quiero que me digan quién se robó los reales, yo sé que se los
robaron, me consta, pero ya no me basta con eso. No es que la democracia
venezolana ha madurado porque ahora denunciamos a los corruptos. Estoy
en absoluto desacuerdo con eso.
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