Page 32 - Visiones del ayer y hoy
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Visiones del ayer y hoy
que se ahogaba con un pelo púbico complacían ciertas formalidades, de enterarse de qué bando estaba
de su taxista de confianza – era ambos portaban el estilo: él, el yo, pero los ánimos anestesiados
una “fresa pocahonta” de unos 30 marico metrosexuado de punta en enmudecían por la resequedad.
y dele – al ver a su amigo que la blanco, y ella, la más “explotada” Sin voz y sin dinero, no había
esperaba, le arrancó el vaso, tomó de la noche. más nada que hacer. La única
un trago y lo saludó como si nada. El perreo a esa hora fuente de información real y
Del barroco latinoamericano, diseccionaba el miembro por a quemarropa se parecía a la
su mandibuleo y el animal print encima de la ropa, los cortes lucidez momentánea que me
de las licras que la forraban. impecables venían con Ozuna, hizo pensar en un acto final: la
Nunca dejó de sonreír con Arcangel y Daddy Yankee. Un gravedad es para el que cae como
los ojos apagados como unos poco antes, había quedado afónico el horizonte para el que huye, para
bombillos de 60, una Marilyn sobre la tumba de Romeo Santos. mí, había llegado la hora de huir,
Maracucha de pómulos anchos, el La mayor parte de la comunicación de regresar a la zona de confort,
único rastro eficiente de genética se redujo a lo gestual-genital. como Zaratustra, dejando atrás
mestiza que sobrevivió al botox y Esta vez para pagar la cuenta, “las moscas de la plaza”.
al maquillaje, tan operada que no el abogado dejaría empeñado su Cuando llegué a casa, cerca
hacía contacto visual con nadie. Si smartphone. de las nueve, desayuné viendo
no tenía el mejor perico del lugar, – Si no me voy ya, voy a tener mi capitulo favorito de Samurái
debía ser uno de los mejores, el que pagar con la nevera. Shamploo, en él se relata la historia
aire acondicionado nos traía por Amanda sentía otro tipo de de dos ejércitos de samuráis
encima de su splash de manzana grasa en su cara: la de la preñez. dispuestos a matarse sobre el
el olor de una grasa maquínica, Eran dos días nadando entre campo de batalla, sin saber que
altamente alcalina, difícil de palabras desencadenadas, se aquel campo era una plantación
conseguir. restregaba los ojos como si las de marihuana. Del desenlace de
En el abecedario de Warhold, cuencas fueran las bateas donde le aquello, que pudo haber sido una
el mito de Marilyn había quedado saca la mugre al futuro-presente. cruenta batalla, no se habló – así
solo para los trans o travestis, Su apellido no lo escuché, lo acordaron ambos ejércitos – lo
quienes reencarnaban el misterio tampoco sé por qué lo dijo, cuando que allí pasó, allí debió quedarse.
de la femme fatal creada por me presentó como periodista, me
Hollywood. Ella y su amigo debían percaté que el otro nuevo amigo
sentirse muy bien envueltos en de Amanda era policía, ambos
una película de plástico patente buscaban una conversación que
donde no importaban las etiquetas empezaba con la frase cliché:
y los protocolos. Aunque les “la situación-país”, para tratar
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