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366 "César Rengifo: Juan liscano se equivoca"


            actual. Significaría también que un mundo donde el hombre logre la bonanza,   —Venezuela es uno de los países más ricos del mundo y no podemos negar
            donde la subsistencia material esté asegurada, sería negativo al arte. Creo que  que, a partir de la aparición del petróleo, su economía pasó a ser poseída y admi-
            será todo lo contrario. Pienso que en la medida en que progrese la humanidad,  nistrada por compañías extranjeras. La independencia económica quedó inter-
            que se arribe al socialismo, que se llegue al comunismo, a una sociedad justa,  venida y enajenada por esas fuerzas exteriores. Esa dependencia económica dio
            donde el hombre haga del trabajo una felicidad y tenga más tiempo libre, ese  paso a la dependencia existencial y a la dependencia ideológica. La vida venezo-
            tiempo libre será dedicado a poner en marcha todas las potencias creadoras, y  lana, bajo el aludido petróleo, se ha transformado completamente. Ni comemos
            no se descarta la posibilidad de que en ese futuro maravilloso tengamos toda  ni nos vestimos como lo hacíamos antes. La psicología común del venezolano se
            una humanidad de artistas.                                             ha transformado: nos hemos vuelto un país neurótico. Y lo que es peor, nuestra
                                                                                   dependencia ideológica se acentúa cada día más.
               Indudablemente  que  mientras  decía  todo  lo  anterior  estaba  visiblemente
            emocionado.  Sus  manos,  sus  gestos  faciales,  le  ayudaban  a  reafirmar  que  lo   Ni hace pausas ni acepta interrupciones. Desea ir al fondo, no importa que el
            sentía  de  todo  corazón.  No  fue  por  mala  intención  que  Ramón  Hernández  café se le enfríe esperando que su boca desocupe las palabras que pareciera le
            preguntó lo que viene, sino por curiosidad.                            queman las entrañas. Habla con vehemencia, pero sin alterar el tono de su voz.
                                                                                   Acentúa con los gestos de sus manos.
               —Y mientras llega eso, ¿los artistas pintarán pajaritos?
               —No. Los artistas son los arquitectos del espíritu de los pueblos, de la mente   —La enajenación de la conciencia del venezolano no se produce porque aquí
            de los pueblos. Esa función la cumplen con mayor cabalidad y acercamiento  brotó el petróleo y el petróleo es administrado por compañías extranjeras, sino
            a ese objetivo en la medida en que se vinculan a las realidades de sus colecti-  porque esas compañías y el imperialismo tuvieron la necesidad, para apode-
            vidades; en la medida en que son capaces de expresarlas, de conducirlas, de ir  rarse de esa riqueza, de tomar la conciencia del venezolano y evitar así que se
            adelante como antorchas de esas sociedades. Eso sería lo ideal, pero no hay que  diera cuenta del inmenso despojo de que era objeto. Esa enajenación fue bien
            olvidar que el mundo está dividido en clases, que el mundo occidental tiene un  planificada mediante el esfuerzo de psicólogos, de sociólogos, de estadísticos y
            régimen capitalista, que hay una gran cantidad de presiones para que el artista  de otros técnicos, quienes decidieron qué se iba a hacer con Venezuela. A noso-
            haga todo lo contrario, que se dedique a pintar pajaritos, cosas de espaldas a la  tros no nos han robado únicamente el petróleo, nos han robado la conciencia.
            humanidad, que deshumanicen cada vez más el arte y lo transformen en algo
            insustancial, en algo no solamente negativo al hombre, sino contra el hombre.   Se cambia de tema, pero el optimismo de César Rengifo permanece inmuta-
            Pero la estética superior es aquella que va al servicio del hombre, y la estética  ble. El teatro popular, el que se hace en las barriadas de Caracas y el interior del
            inferior es la que está contra el hombre. La estética que triunfará será la del  país, se cuela en la conversación.
            hombre: no puede haber una estética contra el hombre ni contra la sociedad.
               —Todo eso suena muy dogmático, muy religioso.                         —Ese movimiento teatral popular que no llega a los periódicos, lo consi-
               —Quizá haya algo de dogmatismo, aunque no creo. Sería dogmático si se  dero como uno de los hechos más maravillosos de la acción cultural de nuestro
            transforma en algo impuesto, obligatorio; pero cuando el artista realiza un arte  pueblo en la actualidad. Rebasa todas las ansiedades de quienes siempre hemos
            para el hombre mediante una toma de conciencia profunda de la función del  soñado y deseado un teatro popular. De continuar este movimiento va a produ-
            arte y de lo que él como hombre debe hacer, ya no hay dogmatismo, es una posi-  cirse un fenómeno semejante al de la pintura y al de la música a comienzos del
            ción humanística profunda.                                             siglo XIX, cuando tuvimos la Escuela de Chacao. Si el pueblo se pone en movi-
               —Tampoco creo que toda la crisis que usted mencionaba se deba a la CIA.  miento para crear, todas sus vertientes se abren y la cultura nacional se nutre
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