Page 98 - Sencillamente Aquiles
P. 98

ROMANCE ACATARRADO








                   ¡Catarro, déjame quieto,
                   déjame quieto, catarro!
                   Hace ya catorce días
                   me invadiste el carapacho
                   y al parecer te has propuesto
                   quedarte allí todo el año.
                   Otros catarros se curan
                   con unciones y guarapos
                   o se les mete un batido
                   y ahí mismo pican los cabos.
                   Pero tú, gran sinvergüenza,
                   tú no eres de esos catarros,
                   tú no eres de los que ceden
                   con aceite alcanforado,
                   ni con agüitas calientes
                   ni con roncitos quemados:
                   ¡Lejos de ceder con eso,
                   parece que es lo contrario!


                   Febricitante, peludo,
                   la nariz vuelta un guiñapo,
                   como un acordeón el pecho,
                   casi frito en mentholatum
                   y el estómago revuelto
                   de tanto beber guarapos,

                                       98
   93   94   95   96   97   98   99   100   101   102   103