Page 75 - Sencillamente Aquiles
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NOCTURNO DEL POETA Y LA AREPA
Esta noche tiene hambre
la amada del poeta,
y él, temblando de frío,
sale a ver qué le encuentra.
Mas todo está cerrado:
por las calles desiertas
no se ve ni una sola
arepería abierta,
los carros de tostadas
terminaron la venta
y en triste caravana
se fueron ya de vuelta
al son de los crujidos
de sus chirriantes ruedas,
y hasta los botiquines
y bares y tabernas,
hace ya mucho rato
que cerraron sus puertas…
Esta noche tiene hambre
la amada del poeta,
y él, igual que una sombra,
cruza las calles gélidas,
en la búsqueda ansiosa
de un lugar donde pueda
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