Page 165 - Sencillamente Aquiles
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aquiles nazoa


              De amantes, por ejemplo, a los que por lo mal tapado del
              corazón, se les bota el amor; o de solitarias mujeres a cuya
              desolada memoria se les botan los recuerdos.

              Nosotros, los solitarios transeúntes de la noche nos ocu-
              pamos en recoger esas materias de desecho para tener algo
              de qué vivir, bajo este miserable cielo de tan mala calidad
              que se le botan las estrellas.

              Ni siquiera nos queda el recurso de morir para de algún
              modo escapar a este infierno en el que sin merecerlo nos
              encerró vivos el sistema de la libre empresa, porque nos
              sobrecoge el temor de que vayamos a parar a uno de esos
              cementerios, cuya primera cuota pagamos con tanto es-
              fuerzo y entusiasmo y resultan ser de tan pésima calidad
              que a los 3 o 4 días de enterrados ya empiezan a botárseles
              los muertos.































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