Page 138 - Sencillamente Aquiles
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ELEGÍA AL BARRIO EL CENIZO








                   ¡Callejón de El Cenizo!
                   Callejón que a los ojos de
                   mi infancia revelaste el hechizo
                   que alojan, sin jactancia,
                   las cosas que no tienen importancia.

                   Se aproxima tu ocaso,
                   y yo, asisto a tu adiós con el esplín
                   con que tú, paso a paso,
                   seguiste hasta su fin
                   la juventud de Aurora Dubaín.


                   Mas sabes que, como ella,
                   los que una vez te vieron no te olvidan.
                   Tu recuerdo y su huella
                   más bien se consolidan
                   mientras los años más los intimidan.


                   Con tu ciega de tango,
                   tus perros, tu detal de pan isleño
                   y tus niños sin rango,
                   triunfaste en el empeño
                   de hacer de mí un cantor de lo pequeño.





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