Page 145 - Sábado que nunca llega
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sábado que nunca llega
—Una sola ha perdido en su carrera y por decisión
dividida; hubo trampa.
—No olviden que el otro dijo que del séptimo no le
pasaba.
—«Vamos a esperar», dijo el mismo campeón por la
radio.
—Una vaina piensa el burro y otra el que arriba lo
arrea.
—Bueno, sí, hay que esperar pero yo voy al retador;
cien contra cincuenta.
con petsoden, otra derecha del venezolano, otra
derecha, ese hombre se va a caer, está ido el
retador, se crece el venezolano, señores, ¡coño,
mayor derechazo!, perdonen ustedes amigos de
todo el país, pero comprendan nuestra emoción
al ver crecido a un compatriota, otra izquierda,
gajes del oficio, perdonen, Rigoberto, ¿nada?,
pensé que querías hacer un comentario
Cien contra cincuenta. Cuatro a uno. Doy tres round.
Llama a Miami y di que acepten la apuesta. Todo está
transado. La clave es: «Adiós, C..., chao». Para Las Vegas
es lo contrario. Diles: «Se quebró la taza». Si hombre,
puedes decirle que dé hasta tres round, que dé la ventaja
que quiera pero sin exagerar, por supuesto, que los otros
no son pendejos, que se haga el duro, que apriete, hasta
que le ponga el bozal al perro. Eso: tres a uno. Llama el
compañero de Radio K., ¿aló?, ajá, este bicho como que
está intervenido, que llames al compañero de Radio K,
dile que el retador se siente un poco débil, que tuvo que
rebajar mucho a última hora para hacer el peso, que pase
la información varias veces al día. Y entonces, aprieta.
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