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¿Por qué se ha reducido el territorio venezolano?   Earle Herrera



 Distintas líneas para una misma frontera  y el doctor Carlos Holguín Suárez, por Colombia. A la muerte
 Difícil va a resultar para Colombia y Venezuela ponerse de   del rey Alfonso XII, recae sobre la reina regente María Cristi-
 acuerdo sobre sus problemas limítrofes. Luego del rechazo al   na la responsabilidad de árbitro, de acuerdo con el Acta de Pa-
 tratado Pombo-Michelena se nombrarán varias comisiones en-  rís, firmada el 15 de febrero de 1886, por los representantes de
 tre los dos países, cada una de los cuales fijará una línea fron-  Venezuela y Colombia.
 teriza distinta. Entre otros tratados y negociaciones, se pueden   El 16 de marzo de 1891, la Reina dicta su fallo arbitral, el
 mencionar el Fermín Toro-Acosta; el Guzmán-Murillo Toro, y   cual es totalmente desfavorable a las aspiraciones venezolanas.
 así hasta que ambos países deciden someter sus diferencias li-  La línea de este laudo (ver texto en el Apéndice) no va a empe-
 mítrofes al arbitraje internacional.  zar, por el norte, ni siquiera en el Cabo de Chichivacoa, como
            lo establecía el tratado Pombo-Michelena, sino «en los Mogotes
 El laudo español de 1891 y la conducta del Ilustre Americano  llamado los Frailes», sitio este inexistente y que luego se fija en
 En la historia de la política exterior de Venezuela, este laudo va a   Castilletes. De tal suerte, pues, que casi toda la Península de La
 tener singular importancia puesto que va a ser el punto de parti-  Guajira pasaba a la soberanía de Colombia, y este país, por obra
 da de una lamentable serie de derrotas en el campo del derecho   y gracia del citado laudo, entraba a ser ribereño del Golfo de
 internacional.  Venezuela. Ochenta años más tarde, reclamaría derechos sobre
 Precisamente, cuando entrevistamos al Padre González Oro-  determinadas áreas del Golfo y, en 1975, propondría a Venezue-
 peza, notamos un gesto de indignación en su cara, al referirse   la ejercer un condominio sobre el mismo.
 a la costumbre venezolana de poner en manos de terceros sus   Sobre los resultados del citado laudo, José Gil Fortoul escribe:
 problemas limítrofes. Este sacerdote, de respuestas rápidas y
 categóricas, calificó de locura e ingenuidad la tendencia venezo-  Una simple mirada al mapa demuestra que los Congre-
 lana de creer que solo con derecho se puede vencer en el campo   sos venezolanos, de 1836 a 1840, cometieron un error
 internacional.  negándole al Ejecutivo la autorización de reabrir nego-
 Se necesita derecho –enfatizó– acompañado con fuerza y di-  ciaciones diplomáticas, para modificar ventajosamente, o
 nero. Fue una locura poner en manos de España la solución de   aceptar como estaba, el tratado Michelena-Pombo, cuyas
 los problemas fronterizos con Colombia. Al fin y al cabo, la co-  estipulaciones, en todo caso, resultan más favorable que
 rona española tenía que estar más en contra de Venezuela que   la frontera del laudo; pues esta, en el norte, no empieza
 de Colombia, pues fue el primero de estos países el que definiti-  ahora sobre las costas del Mar de las Antillas, sino den-
 vamente la derrotó.  tro del Golfo de Maracaibo, y en el sur penetra hasta la
 Empero, otra era la opinión del Gobierno venezolano de   vaguada del Orinoco, haciendo un ángulo entrante desde
 aquella época. Como ministros plenipotenciarios ante el Rey de   el Apostadero del Meta. 5
 España, figuraban el general Guzmán Blanco, por Venezuela,


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