Page 26 - ¿Por qué soy chavista?
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realidad, amiga mía, como tú sabes, no es un destino
impuesto por los dioses. La realidad la construimos
nosotros, en parte con el pensamiento mismo que ya la
modifica y en parte con los hechos. Pues la resignación,
a mi juicio, es uno de los pecados mayores y más
imperdonables. Por eso me gusta esto en lo que
andamos, a pesar de los errores sin número que se estén
cometiendo. ¿Y cómo no cometerlos? Cuando una
sociedad se mueve por caminos inéditos debe pagar un
precio por ello. No se nace aprendido. No hay recetas
escritas sobre el modo de lograr una transformación
profunda. Y hay pocas referencias sobre los modos de
alcanzarla en paz, tal como lo estamos procurando.
Como esta carta no tiene, ni mucho menos, la
intención de parecerse a un análisis político, baste
reconocer que en muchos aspectos no lo estamos
haciendo bien, pues gobernar en un mar tan encrespado
es difícil. Y aún más difícil se hace cuando se tiene que
construir con el mismo barro y con las mismas manos,
pues no hay otras, que soportaron la construcción
anterior. Pues la gente no se renueva por decreto. Los
aprendizajes son lentos. Los procesos de modificación
de las relaciones humanas son muy complejos.
Estructuras viejas soportan los cambios. Estructuras
culturales, legales, económicas, que ponen arena en los
engranajes.
Pero aquí estamos.
Distinguimos de qué lado están los valores
profundos.
Intentamos ir deshaciendo la complicada madeja