Page 29 - ¿Por qué soy chavista?
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Un día cualquiera, hoy, por ejemplo, que es
domingo, leo con atención a las seis y treinta de la
mañana uno de los periódicos más importantes del país.
Su lectura siempre me golpea un poco, lo
confieso. Siento que me acorrala, me pone contra la
pared, me señala con el dedo, y pone en evidencia mi
atraso y anacronismo impenitente, el populismo
exacerbado de mis ideas y mi cultivada ceguera ante la
realidad, al mismo tiempo que desenmascara el culto a
la violencia que yo debo tener y el protofascismo de mi
pensamiento.
Es duro, lo confieso de nuevo, recibir estos
aldabonazos a la conciencia en tan tempranas horas.
A juzgar por este periódico y por quienes en él
escriben, muchos de ellos amigos o conocidos míos, hay
una buena cantidad de venezolanos chavistas que
estamos convalidando una gran farsa, un estrepitoso
fracaso, conducidos por un caudillo con graves
problemas de personalidad, y manejando ideas
decimonónicas, totalmente desvinculadas del mundo
contemporáneo.
Una gran farsa que, de un momento a otro, va a
des- plomarse con estrépito, para volver a situar los
asuntos públicos de nuevo en la trayectoria adecuada.
Y son tantas y tan importantes las firmas que
avalan permanentemente ese planteamiento acusador
que, en un primer momento, logran acomplejarme un
poco. Artistas de gran renombre, columnistas de toda la
vida, prestigiosos analistas políticos, economistas de