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Luis Alberto Crespo

               a Khalil Gibran. La alegría es “una certeza”, “un destino”, asevera
               el uruguayo; “es un dar y ese dar es un premio”, agrega el persa
               imprescindible.
                  ¿Quiénes determinaron darle nacimiento a Cínaro? Se llaman
               Odoardo Torres, Luis Emilio Alcalá y Mariela Delgado. A Melissa
               Fernández le confiaron la corrección de los textos, su transcripción
               a Mariela y el diseño y diagramación a Luis Emilio. Las fotografías
               son propiedad del Consejo Comunal.
                  No sólo de la alegría, claro está, trata la revista, pero en su
               defensa abordan asuntos escabrosos para aventarlos como si mala-
               yerba fuera, a los que, por cierto, facilita la embalconada situación
               de Santa Rosa. Prueba de lo dicho es el frente que han creado los
               santarroseños para frenar el deterioro que sufre el Albarregas —su
               vecino de municipio y de la capital del Estado— por culpa de la cul-
               tura industrial y la civilización de la basura. A sus aguas debe el pue-
             [ 300 ] blo y la comarca las ansias de progreso; a ellas entrega, como princi-
               pal tributario, su destino. La Universidad Bolivariana de Venezuela
               consignó a los pobladores un diagnóstico integral sobre la grave
               salud que lastima al río, acudiendo a la demanda de socorro de los
               labriegos y de cuantos trabajan por sus manos. A fin de darle con-
               sistencia a su propósito de redención ecológica, la comunidad y los
               estudiantes se aliaron en un estrecho entendimiento, el de la Gestión
               Ambiental de la UBC, ganosa de emprender la búsqueda —leemos
               en el pormenor que al respecto divulga Cínaro—“una solución a la
               problemática ambiental de Santa Rosa y sus aledaños, desampara-
               dos —adviértese— por la ineficacia y la ineficiencia de los sistemas
               administrativos que vulneran la calidad de vida de los habitantes de
               la localidad”. De seguidas, su Comité de Cultura interviene para avi-
               sar sobre las llamas y los escombros que un grupo de estudiantes
               de la ULA han propagado por calles y caminos vecinales. “No más
               hechos vandálicos a la entrada de Santa Rosa”, titula la nota. Menos
               airada que lastimera.
                  La ecología ocupa, qué duda cabe, el interés de este número de
               Cínaro. Lo prueban sus otros artículos donde se informa acerca






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