Page 152 - Lectura Común
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La lectura común                            Nuestra sombra iluminada
                  Hace unas semanas, tuve en mis manos un nuevo libro suyo
              cuyo nombre confirma esa conducta suya de memorialista del
              aroma y de la hoja, de la lluvia y del canto volandero. Lo ha lla-
              mado Hábitat, editado por el sello de la revista ICAM de Barinas.
                  De nuevo Lucía Salerno, Lucía nomás, pues de este modo
              adivino con nitidez su semblante y su contemplativa quietud,
              retoma la escritura de cuanto la sostiene en la llanura urbana de
              su casa como sobre un campo en el espejismo del verdor. Pero
              esta vez ya no habla la muchacha de entonces. Ahora es la mujer
              que naciera en 1953, mientras noviembre amainaba el diluvio de
              agosto y septiembre. Oigo su voz, aun siendo invariable e igual-
              mente el motivo del afuera y del ser, más honda, más englobante:
              las mismas motivaciones perviven, pero decantadas, sin equívo-
              cos, precisa en su idea fija, quiero decir sin esbozos, concluyente,
              dejando que la emoción gobierne la escritura, diga, diga hasta el
              fin, convertida en paisaje y recuerdo, en mirada, en oído, en respi-
              ración, como cuando anota: “El fulgor/ se expande en la piedra/.   [ 151 ]
              Me adentro hacia ella”; cuando señala que “un brillo intenso está
              a mi lado” o cuando confiesa que “ha comenzado la penumbra/ a
              desear la rajadura”.
                  Hábitat es una breve antología. Reúne los poemarios  Las
              cosas íntimas del cielo (1990); Herbívoro (1997) y El silencio de
              las piedras (2000). En uno de ellos evoca a Lucian Blaga. Como
              el gran poeta rumano, entiende que el hombre frente a la vaste-
              dad sólo logra integrarse a ella nombrando las cosas y los seres
              más cercanos, los que rodean nuestra precaria permanencia en
              el tiempo. Y por eso es ella poeta: porque espera esa inteligencia y
              porque sabe cuándo ocurre ese diálogo con la soledad sonora.
















       Lectura comun heterodox   151                                   13/4/10   12:35:36
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