Page 20 - La guerra de los papeles
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Colección
Herederos de Bolívar
impiedad; y otros muchos de que puede dar a Usted una larga
lista el Sr. Zea, quien la ha recibido de buenos maestros.
Aquel mismo 9 de de julio de 1819, José Domingo Díaz hace su
profesión de fe ideológica con la franqueza y desnudez que falta a los
editores reaccionarios de hoy en día, en la cual queda plasmado un
modo de sentir y de pensar que bien podría expresar a una subjetivi-
dad de derecha actual:
En las turbaciones de estas provincias seguí desde el primer
momento el partido del Rey, porque estoy convencido de
que en las monarquías es en donde el particular puede vivir
con más seguridad, tranquilidad y sosiego, sin estar sujeto a
las tempestades que se suceden en los gobiernos populares.
Mi entendimiento no podía ser convencido por sofismas
insubstanciales, ni mi corazón acomodarse a una serie de
sucesos y operaciones, que siéndolo ellas en sí, traían su origen
de la perfidia más baja e indecente que se vio jamás.
Se podría discutir largamente sobre un concepto actual de la “ver-
dad” y asumir posiciones filosóficas diversas y antagónicas. Lo que sí es
indiscutible, ya que hoy resulta difícil creer en una “verdad” impoluta y
desinteresada, puramente “objetiva”, es que existen estrategias verita-
tivas, posiciones y perspectivas de poder desde las cuales se favorecen
o se obstaculizan, mediante la comunicación y el saber, ciertas formas
de vida y de libertad. La verdad es la de estas estrategias divergentes y
opuestas, que conducen en última instancia a la vida o a la muerte.
En el espíritu republicano de Angostura –lo podemos verificar en
su prensa y en su contraste con el periodismo monárquico y reaccio-
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