Page 341 - La escena contemporánea y otros escritos
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Mariátegui: política revolucionaria. Contribución a la crítica socialista
que le dejaba, aunque no fuese sino condicionalmente, Constantinopla
y un retazo de tierra europea. Los turcos no eran expulsados del todo de
Europa. La sede del Califa era respetada. El gobierno de Constantinopla
se resignó a suscribir este tratado de paz. Mustafá Kemal, a nombre del
gobierno de Anatolia, lo repudió categóricamente. El tratado no podía ser
aplicado sino por la fuerza.
En tiempos menos tempestuosos, la Entente habría movilizado
contra Turquía su inmenso poder militar. Pero era la época de la gran
marea revolucionaria. El orden burgués estaba demasiado sacudido
y socavado para que la Entente lanzase sus soldados contra Mustafá
Kemal. Además, los intereses británicos chocaban en Turquía con los
intereses franceses. Grecia, largamente favorecida por el trabajo de
Sévres, aceptó la misión de imponerlo a la rebelde voluntad otomana.
La guerra greco-turca tuvo algunas fluctuaciones. Mas, desde el
primer día, se contrastó la fuerza de la revolución turcas Francia se apre-
suró a romper el frente único aliado y a negociar y pactar la cooperación
rusa. La ola insurreccional se extendió en Oriente. Estos éxitos excitaron
y fortalecieron el ánimo de Turquía. Finalmente, Mustafá Kemal batió al
ejército griego y lo arrojó del Asia Menor. Las tropas kemalistas se apres-
taron para la liberación de Constantinopla, ocupada por soldados de
la Entente. El gobierno británico quiso responder a esta amenaza con
una actitud guerrera. Pero los laboristas se opusieron a tal propósito. Un
acto de conquista no contaba ya, como habría contado en otros tiempos,
con la aquiescencia o la pasividad de las masas obreras. Y esta fase de
la insurrección turca se cerró con la suscripción de la paz de Lausanne
que, cancelando el tratado de Sévres, sancionó el derecho de Turquía a
permanecer en Europa y a ejercitar en su territorio toda su soberanía.
Constantinopla fue restituida al pueblo turco.
Adquirida la paz exterior, la revolución inició definitivamente la
organización de un orden nuevo. Se acentuó en toda Turquía una atmós-
fera revolucionaria. La Asamblea Nacional dio a la nación una consti-
tución democrática y republicana. Mustafá Kemal, el caudillo de la
insurrección y de la victoria; fue designado Presidente. El Califa perdió
definitivamente su poder temporal. La Iglesia quedó separada del
Estado. La religión y la política turcas cesaron de coincidir y confundirse.
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