Page 340 - La escena contemporánea y otros escritos
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La escena contemporánea y otros escritos
Conviene recordar, previamente, que, antes de la guerra mundial, 214
Turquía era tratada por Europa como un pueblo inferior, como un pueblo
bárbaro. El famoso régimen de las capitulaciones acordaba en Turquía, a
los europeos, diversos privilegios fiscales y jurídicos. El europeo gozaba
en la nación turca de un fuero espacial. Se hallaba por encima de El Corán
y de sus funcionarios. Luego, las guerras balcánicas dejaron muy dismi-
nuidas la potencia y la soberanía otomanas. Y tras de ellas vino la Gran
Guerra. Su signo había empujado a Turquía al lado del bloque austro-
alemán. El triunfo del bloque enemigo pareció decidir la ruina turca. La
Entente miraba a Turquía con enojo y rencor inexorables. La acusaba
de haber causado un prolongamiento cruento y peligroso de la lucha. La
amenazaba con una punición tremenda. El propio Wilson, tan sensible al
derecho de libre determinación de los pueblos, no sentía ninguna piedad
por Turquía. Toda la ternura de su corazón universitario y presbiteriano
estaba acaparada por los armenios y los judíos. Pensaba Wilson que el
pueblo turco era extraño a la civilización europea y que debía ser expelido
para siempre de Europa. Inglaterra, que codiciaba la posesión de Constan-
tinopla, de los Dardanelos y del petróleo turco, se adhería naturalmente a
esta predicación. Había prisa de arrojar a los turcos al Asia. Un ministerio
dócil a la voluntad de los vencedores se constituyó en Constantinopla. La
función de este ministerio era sufrir y aceptar, mansamente, la mutilación
del país. La somnolienta ánima turca eligió ese instante dramático y dolo-
roso para reaccionar. Insurgió, en Anatolia, Mustafá Kemal Pachá, jefe del
ejército de esa región. Nació la Sociedad de Trebizonda para la defensa de
los derechos de la nación. Se formó el gobierno de la Asamblea Nacional
de Angora. Aparecieron, sucesivamente, otras facciones revolucionarias:
el ejército verde, el grupo del pueblo y el Partido Comunista. Todas coin-
cidían en la resistencia al imperialismo aliado, en la descalificación del
impotente y domesticado gobierno de Constantinopla y en la tendencia a
una nueva organización social y política.
Esta erección del ánimo turco detuvo, en parte, las intenciones de
la Entente. Los vencedores ofrecieron a Turquía en la conferencia de
Sévres una paz que le amputaba dos terceras partes de su territorio, pero
214 Se refiere a la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
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