Page 214 - La escena contemporánea y otros escritos
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La escena contemporánea y otros escritos


               de Lenin diver gió de la opinión de Trotsky respecto a los problemas
               más graves de la revolución. Trotsky no quiso aceptar la paz de Brest-
               Litovsk. Lenin comprendió rápidamente que, contra la voluntad mani-
               fiesta de los campesinos, Rusia no podía prolongar el estado de guerra.
               Frente a las rei vindicaciones de la insurrección de Cronstandt, Trotsky
               volvió a discrepar de Lenin, que perci  bió la realidad de la situación con
               su clarividen cia genial. Lenin se dio cuenta de la urgencia de satisfacer
               las reivindicaciones de los cam pesinos. Y dictó las medidas que inaugu-
               raron la nueva política económica de los soviets. Los leninistas tachan a
               Trotsky de no haber conse guido asimilarse al bolchevismo. Es evidente,
               al menos, que Trotsky no ha podido fusionarse ni identificarse con la
               vieja guardia bolchevique. Mientras la figura de Lenin dominó todo el
               esce nario ruso, la inteligencia y la colaboración entre la vieja guardia y
               Trotsky estaban aseguradas por una común adhesión a la táctica leni-
               nista. Muerto Lenin, ese vínculo se quebraba. Zinoviev acusa a Trotsky
               de haber intentado con sus fau tores el asalto del comando. Atribuye
               esta intención a toda la campaña de Trotsky por la democratización del
               partido bolchevique. Afirma que Trotsky ha maniobrado demagógica-
               mente por oponer la nueva a la vieja generación. Trotsky, en todo caso,
               ha perdido su más gran  de batalla. Su partido lo ha ex-confesado y le ha
               retirado su confianza.
                  Pero los resultados de la polémica no engendrarán un cisma. Los
               leaders de la vieja guar  dia bolchevique, como Lenin en el episodio de
               Cronstandt, después de reprimir la insurrección, realizarán sus reivin-
               dicaciones. Ya  han  dado  explícitamente  su  adhesión  a  la  tesis  de  la
               ne cesidad de democratizar el partido.
                  No es la primera vez que el destino de una revolución quiere que ésta
               cumpla su trayecto ria sin o contra sus caudillos. Lo que prueba, tal vez,
               que en la historia los grandes hombres juegan un papel más modesto
               que las grandes ideas.










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