Page 284 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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284  Rafael Ramón Castellanos



             fuerza y de poder, que una y otras circunstancias alimentan la médula de la
             diplomacia. Así es como le expone:
               El 7 en la noche llegó la legación argentina compuesta de los señores
             general Alvear y doctor Díaz Vélez; estos caballeros, aunque no están pre-
             sentados públicamente al Libertador, le han mostrado ya en conferencias
             privadas el objeto principal de su mensaje, que es pedir auxilios contra el

             emperador del Brasil porque los sucesos de la Banda Oriental hacen im-
             prescindible una guerra; ellos nos han pedido no sólo tropas sino la escua-
             dra de Colombia, ofreciendo pagar cuantos gastos se ocasionen por ambos
             socorros a cupo efecto tienen (y es verdad) tres millones de pesos dispuestos
             y en arcas para sostener esta guerra. El Libertador les ha contestado que dar
             tales auxilios sería una declaratoria de guerra por nuestra parte al empera-
             dor, lo cual no está en sus facultades; que ellos deben ocurrir al Congreso de

             Colombia, al del Perú, y acaso al de Panamá; no sé si han pasado a más las
             conferencias; supongo que el Libertador informará a Vd. de todo.
                   Yo he indicado al Libertador mis opiniones; creo buenamente
                 que una guerra al emperador del Brasil no sería difícil en cuanto a
                 quitarle las posesiones que ha incorporado de la República Argenti-
                 na y aún más allá, porque nuestras fuerzas físicas y los elementos de
                 la revolución darían muchas facilidades; pero que un rompimiento
                 con el emperador alarmaría a los santos aliados y aun la Inglaterra
                 misma no le vería bien, lo cual causaría inmensos daños a nuestra
                 causa; que yo creo que antes de ocurrir a la guerra se deben tocar
                 con dignidad todos los medios de conciliación para que el empe-
                 rador devuelva lo que ha usurpado violentamente a los argentinos;
                 que entretanto podemos ir disponiendo nuestras fuerzas para ga-
                 rantizar un resultado, entablando toda clase de relaciones con Brasil
                 y los patriotas republicanos que hay en el territorio, examinando las
                 fuerzas militares y medios de defensa del emperador, etc., etc., para
                 marchar sobre datos ciertos. En fin, mis opiniones están todas por
                 la prudencia, para que en caso de un rompimiento sea después de
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