Page 289 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
P. 289

La dimension internacionaL deL Gran mariscaL de ayacucho 289



            Pero  volvamos  a  la misión  diplomática  del  general  Carlos  de  Alvear,
          doctor José Miguel Díaz Vélez y del secretario, Domingo de Oro, en re-
          presentación de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Fastuoso fue el
          recibimiento que se les hizo en Potosí, memorable la audiencia privada que
          al primero de los nombrados le concede el Libertador el día 8 de octubre
          de 1825 y poco común en aquellas instancias la recepción pública de sus
          Cartas Credenciales el 19 del mismo mes.

            El Gran Mariscal de Ayacucho y el general Alvear dialogaron con in-
          usitada frecuencia y los principios e ideas políticas que cada uno sostenía,
          mancomunaron a los dos héroes a ideales comunes. Tal fue el afecto que
          fomentaron que el 1° de enero de 1826, ya cumplida la faena específica
          el general Alvear da por terminada su Plenipotencia; entonces el Mariscal
          Presidente da en su honor un banquete de despedida y como lo expresa el

          historiador argentino Carlos Correa Luna
               No contento con ofrecer a éste una comida de simple proto colo,
             le prometió, entre los halagos de un brindis gratísimo, el obsequio
             que más podía enorgullecer a un soldado de la talla de Alvear
                                                                   395
            Hombre de grandes desprendimientos Sucre le hace la galantería de un “pre-
          sente” que debe haberle costado mucho, emotivamente, pero que da la dimen-
          sión exacta del afecto que en tan cortos meses le inspiró el patriota argentino.

            La batalla de Ayacucho, del 9 de diciembre de 1824, la dirigió Sucre jine-
          teando un caballo tordillo de la mayor vistosidad, brioso y disciplinado, el
          cual le pertenecía desde pocos meses atrás y en cuyo lomo hizo su periplo
          inmortal para pasar El Desaguadero y, ciclópeamente, llevar el honor de la
          creación de Bolivia y ser, al lado de El Libertador, el cénit de la grandeza
          histórica de esa antigua Audiencia de Charcas. Veamos la siguiente carta del
          Gran Mariscal para el amigo argentino:



          [ 395 ]_ CORREA LUNA, Carlos.- Alvear y la diplomacia de 1824-1825 en Inglaterra,
          Estados Unidos y Alto Perú. Buenos Aires, M. Gleizer-Editor 1926. p. 110.
   284   285   286   287   288   289   290   291   292   293   294