Page 256 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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256  Rafael Ramón Castellanos



               Antonio José de Sucre había consolidado la voluntad de los habitantes
             del Alto Perú que se sometieron a un íntimo dictamen por el cual se había
             determinado la independencia, lo que permitió mirar a los gobiernos de
             Buenos Aires y Perú como amigos de la justa causa de la libertad. El Héroe
             de Ayacucho se ve proyectado aún más en su prestigio de internacionalista
             y diplomático. Bien lo dijo el 9 de diciembre de 1946, en Quito, el doctor
             José María Velasco Ibarra, en discurso trascendental, que
                   Sucre triunfa en Ayacucho y crea la libertad de toda la América,
                 y crea después de la victoria, el Derecho Internacional que un día
                 será el verdadero derecho entre las gentes. Ni venganzas ni fusila-
                 mientos, ni ahorcamientos. Honores para vencidos y vencedores. 349

               Otra opinión de mucho peso y de concluyente análisis en lo que atañe a estos
             episodios es la del historiador venezolano Eloy G. González al expresar que:
                   ... desde el momento en que el Gran Mariscal de Ayacucho pasa
                 El Desaguadero, comienza su actitud espiritual como futuro Jefe de
                        350
                 Bolivia.”  Es de notar que el 3 de marzo de este año de 1825, al
                 hacerle unos planteamientos al Ministro de Guerra del Perú, deja
                 constancia de su condición humana ya que el perdón establece los
                 parámetros de la unidad, pero que ello no se confunda con debi-
                 lidades de carácter o transigencia con la iniquidad. “Como yo no
                 ofrecí en la Capitulación de Ayacucho, por supuesto dar a nadie
                 destino ni mando, sino puramente servicio si lo querían, no les he
                 faltado en nada, recibiendo a los que han querido, y dejándolos en
                 la misma clase de oficiales sueltos de la República, que no tienen
                 tampoco sueldo”.  Era una clara advertencia a las quejas de algu-
                                351
                 nos militares españoles que se habían acogido a uno de los artículos

             [ 349 ]_ VELASCO IBARRA, José María.- Discurso en la inauguración del 1er Congreso
             Bolivariano el 9 de diciembre de 1946, p. 57.

             [ 350 ]_ GONZALEZ, Eloy G. En la tribuna y en la cátedra. Caracas: Presidencia de la
             República, 1973, p. 139.

             [ 351 ]_ LECUNA, Vicente.- Documentos referentes, Tomo I, p. 117.
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