Page 115 - Entre suenos y rochelas. Poemas y otros escritos
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siendo mucho más que dos. Y se hizo grande, tan grande como
siempre lo supo Manuela. Y aunque, tal vez, no conquistó el en-
tendimiento de aquel maestro, logró sumar a su padre al grupo
de los suyos, y le hizo entender lo hermoso de su diferencia.
Y actualmente, cuando alguien pregunta por la vida de Inocencio,
el papá le responde sonriente y pleno de orgullo:
—¿Inocencio Rodríguez Calderón? Él está muy bien. Por ahí
anda... vuelto un ocho.
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