Page 99 - De mi propia mano
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nos cubría una chamba que impedía los ataques de la caballería enemiga.
                 Destiné la 1  compañía de Dragones que tiroteasen un escuadrón español,
                           a
                 intentando provocar toda la fuerza al presentarse y dejando en tanto las
                 tropas al general Mires me fui en persona a reconocer todas las inme-
                 diaciones, nunca con el objeto de empeñar la acción, porque yo deseaba
                 esperar los resultados de illingrot, sino de proporcionar un punto en que
                 bien apoyados descubriésemos positivamente la fuerza del enemigo, y
                 obrásemos libremente. una gran casa y una cerca de mampostería (pasa-
                 da la chamba) proporcionaban llenar mis objetos, y el general Mires con
                 el jefe del estado Mayor tuvieron mi orden de marchar sobre la casa y
                 cerca, apoyar contra ellas las columnas y mantenerse firme, mientras yo
                 pasaba a la compañía de Dragones que aún tiroteaba al enemigo en un
                 bosquecito claro de nuestra izquierda, donde yo creía su infantería. Me
                 ocupaba de este reconocimiento, cuando sobre nuestra derecha se rompió
                 un fuego vivo de infantería. Volé allí, y encontré dispersa la mayor parte
                 del batallón Guayaquil, persiguiendo un escuadrón enemigo, de orden del
                 general Mires, y el batallón de Albión se dispersaba por la izquierda al
                 mismo efecto. yo temí en el momento el fatal resultado de una tal impru-
                 dencia, particularmente cuerpos de reclutas como los míos, y donde había
                 gran número de hombres del chocó que jamás habían visto ni caballos.
                 el batallón Santander aún pasaba la chamba, y empezaba a cerrarle una
                 columna en masa, al frente de la casa, me fui sobre Albión para formarlo.
                 lo logré en efecto en una gran parte, y suspendido el fuego, lo situé tras
                 de una chamba. Volvía al batallón Guayaquil para ordenarlo, y ya encontré
                 que mi compañero había desplegado en batalla a Santander y éste mez-
                 clado con Guayaquil hacía un vivo fuego al frente sobre la caballería que
                 intentaba cargar por allí y fue rechazado. Nuestros cuerpos de reclutas,
                 no hubo un Dios que pudiera volver a arreglarlos. un escuadrón enemigo
                 nos flanqueó por la derecha, hizo una carga, y se pudo con la infantería
                 rechazarlo; hizo segunda carga y fue resistido y echado por aquella parte
                 por un piquete de nuestros Dragones al mando de Rash. entonces ya
                 apareció por la izquierda la infantería enemiga cerrada en dos columnas,
                 apoyados sus flancos y cubierta su espalda por una numerosa caballería.
                 entre el mismo desorden traje como pude al Santander para atender aque-


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