Page 298 - De mi propia mano
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San Carlos, los 4 de Granaderos de la Guardia y las 5 piezas de artillería
ya situadas, y en las alturas de nuestra izquierda los batallones 1 y 2 de
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Jerona, 2 Imperial, 1 del Primer regimiento, el de Fernandinos, el Escuadrón
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de Alabarderos del Virrey, y dos de Dragones del Perú.
observando que aún las masas del centro no estaban en orden y que el
ataque de la izquierda se hallaba demasiado comprometido, mandé al señor
general córdova que lo cargase rápidamente con sus columnas: protegido
por la caballería del señor general Miller, reforzando a un tiempo al señor
general la Mar con el batallón Vencedor y sucesivamente con Vargas; Rifles
quedaba en reserva para rehacer el combate donde fuera menester, y el
señor general lara recorría sus cuerpos en todas partes. Nuestras masas de
la derecha marcharon arma a discreción hasta cien pasos de las columnas
enemigas, en que cargadas por ocho escuadrones españoles rompieron el
fuego: rechazarlos y despedazarlos con nuestra soberbia caballería, fue
un momento. la infantería continuó inalterablemente su carga, y todo
plegó a su frente.
entretanto los enemigos penetrando por nuestra izquierda amenazaban
la derecha del señor general la Mar y se interponían entre éste y el señor
general córdova con dos batallones en masa: pero llegando en oportunidad
Vargas al frente y ejecutando bizarramente los Húsares de Junín la orden de
cargar por los flancos de estos batallones, quedaron disueltos. Vencedor y
los batallones 1 , 2 , 3 y Legión Peruana marcharon audazmente sobre los
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otros cuerpos de la derecha enemiga, que rehaciéndose tras las barrancas
presentaban nuevas resistencias: pero reunidas las fuerzas de nuestra iz-
quierda y precipitadas a la carga, la derrota fue completa y absoluta.
el señor general córdova trepaba con sus cuerpos la formidable altura
de cundurcunca, donde se tomó prisionero al virrey la Serna: el señor ge-
neral la Mar salvaba en la persecución las difíciles quebradas de su flanco
y el señor general lara marchando por el centro aseguraba el suceso. los
cuerpos del señor general córdova fatigados del ataque tuvieron la orden
de retirarse; y fue sucedido por el señor general lara, que debía reunirse
en la persecución al señor general la Mar en los altos de tambo. Nuestros
despojos eran ya más de mil prisioneros, entre ellos sesenta jefes y oficiales,
catorce piezas de artillería, dos mil quinientos fusiles, muchos otros artículos
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