Page 271 - De mi propia mano
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ud. sabe mi General que nadie ha sido más empeñado que yo en esta
campaña, y que aun cuando el año pasado quise por razones poderosas
irme de este país, luego tomé una muy positiva determinación de quedar
hasta el fin de la guerra, corroborándola sinceramente en los conflictos de
febrero y marzo, y mucho más después del consejo de huamachuco. he
llenado con entera contracción mis obligaciones, hasta que nuestro ejército
tomando en todos sentidos una superioridad absolutamente decidida sobre
los enemigos, nos presagia o asegura una conclusión feliz y pronta y hasta
que el suceso más inesperado y bochornoso me ha despedido del ejército.
Ningún acaecimiento de otra especie que no ofendiera tan directamente
mi reputación, pudiera inducirme al partido que más me cuesta; y no a la
verdad por esperanzas de premios militares ni otras recompensas al fin de
la campaña, sino porque mis sentidos todos estaban tan ligados a la suerte
de nuestros cuerpos en el resultado final de la empresa, como se halla ud.
a su gloria. yo estaba con el ejército colombiano como un hombre deli-
rantemente enamorado, y juzgue ud. por tanto cuán dolorosa me es esta
resolución que aunque se mire desesperada, es preciso abrazarla.
los amigos a quienes he consultado mi posición me han reprochado
de que no representara antes contra el ultraje de la comisión; pero si yo
conviniera de que fuese una falta, seré suficientemente disculpado con mi
prudente y ejemplar obediencia a los mandatos de ud.; y porque además
era una triste indiscreción reclamar otras consideraciones que aquellas
que buenamente se me dispensaran.
Después de esta franca exposición, creo señor que ud. no me negará
mi marcha para cualquiera parte. Ni ud. querrá que un soldado honrado
se conforme con la vergüenza y el desprecio, ni es digno de ud. que se me
humille más de lo que he sido. con esta confianza permaneceré unos días
de huancayo a huánuco, y para no estar ocioso hasta el último instante
continuaré ocupándome en despachar lo que venga al ejército, mientras
ud. tiene la bondad de mandarme sus órdenes, que en mi desagradable
posición creo justo, regular y debido sean para fuera de este país. No
hablaré de destino ni aun en colombia porque estoy escarmentado de los
vejámenes que injustamente he sufrido en muchos de ellos: iré a bogotá
si ud. gusta, y ya que ha cesado en nuestra patria el ruido militar, me
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