Page 270 - De mi propia mano
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he dejado llamar general en jefe del ejército unido con un ejercicio vago e
informal; pero ni he pasado sin conocerlo, ni de saber la crítica de los jefes
a mi insulsa representación: la continué no obstante por complacer a ud. y
por servir al ejército sin someterme nunca a la presunción del título. Sucede
de alguna distracciones que de un mal se va a otro, y yo he visto con dolor
que sufriendo varios pequeños golpes (y tal vez algunos no pequeños) se
me ha dado el más fuerte que jamás preví, de reducirme ante el ejército
unido al ridículo papel de conducir enfermos de retaguardia.
No sé si al desgradárseme con semejante comisión se ha tratado de
abatirme; pero mi conducta me persuade que no lo he merecido; no sé
tampoco si porque se me ha juzgado inepto; pero en tal caso me consuela
decir que he servido a ud. y al ejército con un celo especial, y que en la
campaña he tenido una absoluta consagración a todos los trabajos. Sea
lo que sea, mi General, esta comisión ha servido de burlas y sátiras a los
que no son mis amigos, y de sorpresa a los que me estiman. yo he sufrido
la humillación de que algún jefe me dijera que haberla aceptado era una
indebida autorización para que casi pudieran ser tratados los demás como
criados (dispense ud. que use la misma palabra) y si esto se ha dicho a mi
frente, es fácil juzgar lo que se hable a mi espalda, e inferir qué respetabi-
lidad y qué concepto he de merecer a mis compañeros. es incontestable
que se ha declarado de hecho a la faz del ejército que no se me necesita
para nada (que es demasiado probable), y lo que es más mortificante, ud.
ha dicho a alguno de mis menos amigos que se me mandaba a retaguardia
en busca de las altas de hospitales y de las guerrillas. ¿No es esto dar a
mis desafectos los medios de desacreditarme? Sin embargo, yo creo de
buena fe que sirvo para mucho más que tales comisiones.
De todo esto deducirá ud. que mi situación es un conflicto: estoy se-
parado del ejército por la distancia del honor al vilipendio; y mi corazón
está unido a ud., al ejército y a la gloria de colombia en la libertad de
este país. he meditado doce días mi posición y el partido que me deje, y
después de un choque constante entre mis deseos y mis deberes, estos me
aconsejan de no presentarme otra vez en donde mis compañeros me han
visto salir con desaire. ud. querrá permitir que abrace la resolución que
me dictan mi conciencia militar y mi justificación.
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