Page 266 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
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266 |  Agroecologías insurgentes en Venezuela



         económica, gobierno y otras características que le son comunes y que le
         dan un sentido de identificación o pertenencia a las personas, y le otorgan
         un  perfil  que  permite  diferenciarlos  de  otras  estructuras  semejantes
         y  establecer  relaciones  externas.  Como  se  puede  constatar desde  la
         experiencia, hemos vivido en este Estado constituido de corte neoliberal
         en Venezuela, que establece una sociedad estratificada en clases sociales o
         clasista; este concepto comprende, en un mismo conglomerado, a clases
         y sectores que tienen intereses antagónicos entre sí, como se puede ver
         a través de estos años en el proceso revolucionario bolivariano que fue
         develado y agudizado en el tiempo. El concepto de Estado-nación en una
         sociedad clasista incluye la aceptación de la lucha entre las clases, en unos
         casos; y en otros, el de la coexistencia pacífica entre ellas, con un Estado
         que  somete  a los trabajadores, a las familias campesinas, indígenas y
         afrodescendientes. En el mejor de los casos, hay quien defiende la idea con
         un sentido más hipócrita del asunto, cuando afirma que sirve de mediador
         o regulador entre los conflictos de clase; pero, históricamente, sabemos
         que tal situación es insostenible en el tiempo y el desenlace inevitable,
         tarde o temprano, es  la solución de la contradicción principal  entre  el
         trabajo y el capital por una revolución, sea bien orientada o no.
            En una sociedad clasista, el sentimiento de intereses que, supuestamente,
         son comunes, alimenta al chauvinismo, a través de una política patriotera
         que solo lleva a las guerras fratricidas de unos pueblos contra otros. En las
         sociedades capitalistas, la nación sirve para delimitar los dominios económicos
         de la burguesía, para el funcionamiento de un mercado cautivo, en función de
         la aplicación de leyes que legitiman su poder por medio del control del Estado
         y las Fuerzas Armadas. Es decir: solo sirven para garantizar la acumulación
         de riquezas o del capital, en manos de los dueños de producción y de
         quienes controlan el aparato del Estado; por lo tanto, las clases trabajadoras
         y otros sectores populares no tienen nada que buscar bajo el pretexto de un
         nacionalismo fanático y ciego, que solo responde a uno de los mecanismos
         de dominación burguesa, a través de la superestructura ideológica (medios de
         comunicación, el sistema educativo en todos sus niveles, la Iglesia Católica y
         las castas de las corporaciones económicas).
            El nuevo Estado bolivariano  con carácter ecosocialista  y
         autogestionario debe tener el control de su territorio. Así existirán más
         recursos para compartir y cubrir sus necesidades inmediatas. No debería
         haber rivalidades con pueblos hermanos, sino, más bien, unidad en una
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