Page 685 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
P. 685

De AngosturA A ColombiA 683



            Los libertadores, los fundadores de Colombia lo habían hecho per-
          suadidos de que era posible vivir en paz y enaltecer el gentilicio de estos
          pueblos. La campaña y la independencia del sur nacieron de la recien-
          temente fundada Colombia.
               Creí digno de la generosidad americana conceder algunos ho-
             nores a los rendidos (…) Quedaron, pues, en libertad todos los
             rendidos, con el derecho de pasar a España a costa del erario de la
             República, los jefes y oficiales con sus uniformes y espadas y dispo-
             niendo de sus propiedades como quisieran. (Gil Fortoul, 1978).

            En relación con la Constitución de Bolivia, el presidente sería vita-

          licio, su ilimitado prestigio era la palanca que evitará la tiranía. Él no
          nombraba a los magistrados, ni a los jueces, ni a las jerarquías eclesiás-
          ticas, pero sí al vicepresidente. Bolívar le daba una gran preponderancia
          al Poder Judicial, pues manejaba el establecimiento del orden. La justi-
          cia y la libertad le son inherentes.

            Después de las largas tinieblas impuestas por España a sus territorios
          de ultramar, Colombia como nación forjada por el Libertador estaba
          obligada a la búsqueda de la equidad y la independencia. La Consti-
          tución de Bolívar ha suscitado posturas problemáticas, hay quien la
          asemeja a una ambición desmedida de mando.

            La presidencia de Antonio José de Sucre en Bolivia —según lo aco-
          tado por Gil Fortoul— fue de inmensa turbulencia, Valentín Matos
          lo intentó asesinar. El Gran Mariscal, de Ayacucho en un gesto de
          generosidad, le conmuta la pena por destierro y le dona 200 pesos para

          su viaje. Sucre enfrenta una insurrección en 1828, de esta salió herido
          en el bazo y en la cabeza. El Mariscal decide reducir su mandato a
          dos años. La muerte parece haber comenzado a acecharlo. Ante aquel
          mundo envenenado por los odios, renuncia al gobierno. Otras angus-
          tias lo esperaban en Quito, debía reintegrarse a su vida familiar, visita
   680   681   682   683   684   685   686   687   688   689   690